jueves, 6 de octubre de 2011

- LA SORPRESA DE ANGELINA -



Angelina Woods. Los Ángeles. Feliz. Segura. Treinta años. Toda una vida por delante. Social, empresaria y con dinero. Soltera por ahora. Segurísima de sí misma. Quizás demasiado.
Porque Elmer Sotf no es un amigo, pero Angelina cree que sí. Hace algún tiempo que   se conocen. Pero ella no sabe que es un cazador taimado de libertades ajenas. Casi es, su chico.
Dos semanas después, Elmer, el ligue de Angelina, la propone un juego sorpresa con morbo. Tras una noche juntos de cena y discoteca, mediando algún que otro pub, Elmer se dispone a llevar a Angelina en su auto con los ojos vendados.
Angelina, consiente y ríe tal idea. Elmer, tiene el camino expedito para hacer su maldad. Y antes de penetrar en la casa del hombre, éste cierra con llave la puerta, y mantiene     a   Angelina los ojos vendados. Angelina, sigue riendo divertida y sorprendida por la tardanza del hombre en devolverle la visión.
Y cuando al final sucede, y Angelina Woods puede ver, empieza a ser demasiado tarde. Porque Elmer, no es Elmer. Elmer es un psicópata y esquizofrénico, con una edad mental bien próxima a la infancia, a pesar de sus cronológicos cuarenta años. Todo mentira.
El terror de Angelina, no solo es que escucha de boca de Elmer Sotf que no puede salir de allí por ahora, sino que ve en el hombre una naturalidad en sus actos y palabras,     que     da  escalofríos.
Angelina ve cómo Elmer no comprende su dolor ni sus protestas de libertad. La mujer va viendo en Elmer, a un trastornado que necesita afecto y que se quedó en la niñez. ¡¡Dios mío!!
Ése, es el gran calvario que Angelina trata de sortear todos los días en su cautiverio.   Que Elmer no comprende que le ha quitado la libertad. Y que la dice que es maravillosa, que se ha enamorado de ella, y que ésta debe ser su casa del amor compartido. Y, concluye Elmer, que cuando tenga certeza de que el amor mutuo haya llegado, entonces podrá salir de aquel lugar. Recuperar la libertad.
Meses después, alguien de la policía capta algo raro en Elmer. Logran, no solo entrar en su casa, sino descubrir el escondrijo en el que sobrevive la mujer: Angelina Woods.
La sorpresa de Angelina es el descubrimiento de una complejidad mental que no esperaba. Elmer ha sido un manual de psiquiatría patológica. Y ha descubierto, que su carcelero estaba preso en sí mismo y en su enfermedad. Los demás, incluída élla, no existían   ni     podían existir.
Angelina, liberada. Día del juicio. Ahora ve a Elmer, más que como un depravado, como a un niño. Ha comprendido demasiadas cosas que no sabía. Está más insegura de las cosas que antes, pero ya no se asusta. Se ha enriquecido, a pesar de la tremenda asfixia a su libertad.
Se limita a declarar ante el Juez los hechos sucedidos, pero no desea hacer sangre.    Su discurso, es sereno y tranquilo. Parecería no odiar siquiera a su canalla raptor. Angelina siente pena por él.
- ¿Y SI FUERA EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO? -

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