Veinte de Octubre de 2011 fue la fecha. La fecha del notición. Todos los periódicos españoles empiezan ese día por la misma noticia. Histórico. La Organización ETA, anuncia el cese definitivo de sus acciones de ataque. Ya no quiere matar a nadie.
Por otra parte, la noticia parecía más que cantada. La liturgia en el proceso, pasaba por fases así. Gestos, suavidad de movimientos, acciones consideradas, y la idea de acercamiento hacia sus rivales españoles. Excelente noticia. Si alguien ya no desea matar o herir, ya nadie más quedará muerto, herido o dolorido.
Cerca del mil muertos. ETA no ha pedido perdón a las víctimas. Y las víctimas están lógicamente irritadas, y sus familiares. Es normal. Asistimos a abismos paradigmáticos. Los héroes gudaris de ETA,-considerados así en muchos sitios de Euzkadi-, han matado y herido a centenares de personas. Los encuentros, en este punto, se antojan imposibles.
Y toda referencia a lo que ha pasado desde 1960,-momento que empezó todo esto-, parece constituírse casi siempre en una rémora o en un no avanzar. Españoles y abertzales vascos se sienten los buenos de esta historia. Los vencedores. Los que tienen la razón. Los que deben marcar iniciativas y caminos.
Lo que no es rémora, es el camino que pueda llevarnos a la pacificación en el País Vasco. Esa es la buena idea. Ya no matarán más, ya se podrá prescindir de escoltas y guardaespaldas, ya no habrá más bombas lapa debajo de los coches, ni saltará nadie por los aires, ni se oirán terribles bombazos, ni cartas extorsionadoras recibidas por los empresarios como impuesto. ¡Vamos a creerles!
Lo que se antoja como prioritario, es el proceso de futuro. Cómo gestionar o manejar las vías de ese sendero para la no violencia y la destensión.
¡Menuda papeleta! Es todo un peliagudo a la vez que necesario reto. Hacer que entreguen las armas, aceptarles en los Parlamentos y en las vías políticas, escuchar su ideología de aspiración reivindicativa, acertar con interlocutores válidos, hacer que las víctimas no se sientan burladas o traicionadas, y mil etcéteras e incógnitas que aparecen, y que irán inevitablemente apareciendo.
Cincuenta años de pesadilla en Euzkadi. Historia. Noticia siempre anhelada. Dicen que todas estas décadas ya forman parte del pasado y que nunca más pasará nada de lo anterior. Menudo impacto. Es hasta un shock inevitable, el creernos la pacificación que se plantea. ¿Será posible?
Pero, hemos de arrimar el hombro entre todos, y pensar fija y fundamentalmente en nuestros hijos, en nuestros nietos, y en las generaciones venideras. Deberemos hacer un gran esfuerzo desde la convicción. Todo el mundo tiene derecho a pensar lo que le dé la gana. Todos. Españolistas y vasquistas. Pero cuando menos miremos hacia atrás, más kilómetros de sosiego habremos ganado.
Valga la vehemencia y no el tiro, la palabra y no la hostia, la discusión y no el palo, la sinceridad y no la indiferencia. La Historia de todas las sonrisas, necesita el alimento de la paz.
-MODESTAMENTE-
0 comentarios:
Publicar un comentario