martes, 22 de diciembre de 2009

- LA OTRA NOCHEBUENA -

Mientras los españoles en la Nochebuena están reunidos en sus casas respectivas,dispuestos a la fiesta que propicia el encuentro,el afecto y la gambita,hay otros españolitos los cuales no se sientan en torno a ninguna mesa.Que no sea,la mesa terrible de la exclusión.
Pongamos que hablo de "Andrés".Por ponerle un nombre al azar de los muchos que hay . Imaginemos y veamos,cómo permanece en el frío suelo de una calle olvidada,recuperándose de los estragos que le ha causado la última ola polar procedente del nefasto cambio climático.
Este hombre que está entre nosotros,no tiene a nadie nunca.Ha perdido el contacto con la realidad hace mucho.Y como decía,está sentado en medio de la derrota y de una calle,en la noche del invierno personal y general.
Andrés no se plantea ninguna reunión familiar ni afectiva, y en lo único que puede pensar es en sobrevivir.Por eso se da cuenta de que la fina lluvia que empieza a calarle y a dejarle frío,no es buena para él. Así es que se levanta,y piensa que si baja al cauce seco y viejo del río Turia aunque sea la una de la madrugada,quizás encuentre bajo alguno de los puentes un techo en el que cobijarse.
Y allá que se dirige al río.Por el camino se cruza con una maravillosa mujer llena de sexy y de juventud,y el hombre se queda parado un instante.Solo un instante.Su deseo sexual forma parte de un sueño inabordable.
Baja al cauce y trata de tomar asiento debajo de uno de los puentes,pero las autoridades policiales que patrullan en pernocta y vigilancia,le indican con claridad que allí está totalmente prohibido el permanecer.
Andrés obedece,y decide caminar sin rumbo fijo hacia ninguna parte clara.La idea es moverse. Mientras se mueva,su cuerpo resistirá el agua y el frío. Y seguirá vivo con alguna holgura.
Cuando está a punto de llegar a las Torres de Serranos,y tras dos tentativas de ataque de los roedores,a Andrés le abordan tres tipos. Tienen buen aspecto.Impecable.Se diría que pertenecen a a una clase entre media y alta.Comienzan súbitamente a agredirle.Andrés se defiende como buenamente puede,mientras que uno de ellos decide ir grabando el lamentable espectáculo.Finalmente,una patrulla policial aborta el linchamiento.Andrés decide no denunciar nada y sigue su camino.Saca una botellita de ginebra,y se mete un lingotazo..Su cuerpo entra en calor y se euforiza aunque sin grandes alardes.Y sin saber casi ni en dónde,nuestro presunto Andrés se queda dormido.
Las primeras luces del alba indican que es Navidad.El hombre excluído ha nacido de nuevo.Sigue vivo.
-PARECE RESISTIR-

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