Vasca y española. Rosa Díez. Ex militante del Partido Socialista Obrero español de Felipe González, Zapatero o Rubalcaba. Es la primera mujer en España que lidera y encabeza un gran Partido a nivel nacional.
Se fue del Psoe muy enfadada con la política en el País Vasco, y decidió seguir por unos nuevos caminos. Es un torbellino, Rosa. Con una gran presencia y personalidad. Y con una deriva astuta fundó su partido actual. Unión, Progreso y Democracia se llama, y ha conseguido un extraño y evidente éxito en las últimas elecciones generales.
Rosa es segura, femenina, coqueta y bien dura. Desde élla, busca una emocionalidad. Un camino que lleva desde la ausencia a quien está desengañado con los dos grandes partidos: el PP y el Psoe.
Es la emergencia de una cuarta opción. Es el partido de quienes creen que se nos ha tomado el pelo, es un partido sin aparente ideología clara, y cuya lideresa ha podido conectar con activistas desencantados y cabreados. Gente, que quiere batalla política desde su reducido espacio. Gente ambiciosa y populista, de la calle, de una calle un tanto superficial y de poco matiz. Gente, que reacciona ante las cúpulas políticas tradicionales. Aventureros de la coyuntura entre la crisis. Pescadores de ríos revueltos.
¿Son de derechas o de izquierdas?, ¿cómo es realmente Rosa Díez, o su delfín y bello actor y político Tony Cantó? Depende, que diría un gallego. Nunca sabes ...
A mí me preocupa la deriva de la política en España. Porque la corrupción en el PP y la boba indefinición del Psoe, son quieness abren la espita al oportunismo y a la presencia. Unión, Progreso y Democracia, aparece ahí revestido de opción pero cargado de oportunismo y sin mirar los toros desde abajo del todo.
La libertad, marca las reacciones. Hay gente que adora a Rosa Díez y a su determinación. A su coquetería y singularidad. Cuentan de ella que es capaz de bajar a una cueva en tacones, y de no perderse ni una. Que quiere ser la novia en la boda, el niño en el bautizo, y hasta la reina del mambo.
Rosa, va de seria. Muy seria se presenta frente al periodismo. Y se defiende con tablas y saber estar. Les ata en corto y para los pies. Pero yo veo en sus ojos, dureza. Quizás amargura. Pienso que Rosa siente una deuda pendiente, que se fraguó en su decepción desde las políticas socialistas en su tierra cuna. Se siente traicionada y desconsiderada.
España. La idea de la unidad, la cual está escrita en el nombre de su un tanto desconocido partido. Porque se conoce a muy poca gente de ese mismo partido que ella lidera con pulso fuerte, y solo se sabe de un Tony Cantó que aparece de vez en vez para rectificar twiters e imprecisiones, y algunos que otros errores. ¿Quiénes serán los demás? ...
Yo creo que aunque políticamente va rentable en votos y logros, Rosa Díez se equivoca. Está jugando a algo irreal. Porque la política ha de ser otra cosa. Sin tanto dramatismo, ni excesiva seriedad. La política es un oficio duro pero desenfadado, y es como si Rosa se tomara las cosas casi como lo haría con un asunto personal.
Si en España hubiesen en la cúpula dos Partidos en bonanza y con vientos económicos favorables, Rosa sería un exotismo más. Izquierda Unida debe estar en medio del capitalismo neoliberal vigilando excesos y letras pequeñas, pero UPyD en mi opinión no aporta a mi país nada consistente. Nada especial.
Rosa Diez es su Partido. Si ella se fuera, todo se haría trizas. Todo pivota y gira en torno a su figura. La acaban de reelegir. Sigue ahí con fuerza. Y en una coyuntura general de enorme confusión, a mí no me sorprende en absoluto.
-PERO ME PREOCUPA-
0 comentarios:
Publicar un comentario