Bajo una manta de calor agosteño africano y ya casi habitual en mi España, y empujada por la cita final del Mundial de Brazil 2014, la Liga española se despereza prematuramente y se espabila. Ya vuelve la pasión. Nos gusta el fútbol. Necesitamos alienarnos con la ilusión de unos niños y crear liturgias semanales. Los campos de fútbol españoles hacen sonar sus trompetas de convocatoria. ¡Pasen, señores, pasen! ...
A pesar de todo. Sí. Sin que cambie apenas nada. Desde los grandes desequilibrios. El Real Madrid, el Barcelona, y todos los demás a mirarles y a mirarse entre sí.
La Liga sigue siendo cosa de las plataformas de la tele de pago, y partirán dicha Liga entre tres días, y la gente se abonará al fútbol de sillón, y nuestras mujeres acabarán de nosotros hasta el moño. Hombres, hombres ...
Se cargan el músculo de la verdad de la competición. Una Liga con dos trasatlánticos y todo lo demás relleno, no es una competición real ni seria. Y a nivel Champions europeo, lo podemos de nuevo pagar.
La gran noticia de la temporada que se inicia, aparte de la vuelta de los amigos deportivos de las radios, es que ya no está por fin José Mourinho. La bestia parda, Mou, se ha largado a Inglaterra, y sin él las polémicas y las grescas parecen alejarse sanamente y dejar paso a unos tipos y valores que tengan más que ver con el deporte y menos con el ego bobón.
Lo que pasa es que el fútbol no es raciocinio, sino gran pasión que hierve. El fútbol es una locura entrañable que convoca a la gente camino de un sueño de entretenimiento. Es un modo de entender el ocio y hasta la tradición. Un idioma de consenso. Don Fútbol. Todo un personaje ahora y siempre en manos de las empresas del dinero.
Carlo Ancelotti tratará de poner sedante y silencio a las tensiones bravuconas de su antecesor. El Real Madrid será contenido, e intentará recuperar un fútbol técnico de grupo y de conjunto. Su líder, seguirá siendo Cristiano Ronaldo, y por ahora sigue sin saberse si el galés Bale se incorporará al equipo de Florentino Pérez. Es cosa de millonadas y de acuerdos.
Enfrente, el FC Barcelona. El nuevo Barça en el que ya no estará Tito Vilanova, y sí el míster argentino Gerardo "Tata" Martino. El Barcelona ha hecho una mal planificada pretemporada, y con el reclamo mediático del prometedor Neymar pretende mantener la hegemonía de la exquisita calidad. Pronto saldremos de dudas.
Sí. Espera el fútbol, y la televisión de pago, y algún que otro partidete que nos dejarán ver en abierto, y en la medida que el fatal calor desaparezca dejando paso al necesario fresquete, la costumbre ganará fuerza y los bares y las fiestas se llenarán de aficionados en busca de cosas de fútbol.
Y llegarán las tertulias de las radios y toda la pasión. Y "Carrusel Deportivo" con José Ramón de la Morena, y "Tiempo de Juego" con Paco González, Manolo Lama, Pepe Domingo Castaño, Tomás Guasch y compañía, y por las noches se repasará con bisturí todo lo que vaya sucediendo.
Pero lo auténticamente real, serán los aficionados que vayan al fútbol. Los que lo hacen grande, los que hablan y hablan de fútbol, los que se hacen amigos alrededor de unos colores, y los que son siempre fieles en las victorias y en las derrotas. Éso, es lo mejor. Que la gente tendrá un nuevo opio social e inventado para encarar sus tiempos con un excelente y ancho distractivo.
-BIENVENIDOS A LA LIGA-
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