jueves, 15 de agosto de 2013

- LA MAMPARA DE BAÑO -



Me da tiempo de reflexionar. Seguro que era momento para estar satisfecho. Mi adecuación a mi casa y a mi nueva realidad, se concretaba nuevamente rompiendo la historia. Os cuento la prosaica anécdota significativa. Veréis.
El dueño del piso inferior me había llamado. Sus inquilinos estaban preocupados. El agua de la ducha de mi baño se filtraba a través de lo que fuese, y les caía sobre su techo.
Veinte días después de haber renovado todo el baño a través de los obreros, me sentí decepcionado y triste. Tocaba pues llamarles de nuevo y que volvieran a picar y abrir, para conocer qué demonios estaba sucediendo tras las fuerte inversión económica.
Ayer, vinieron dichos obreros para ver lo que podía suceder. Y el obrero principal ponía cara de circunstancias. Me decía que no entendía nada. Que, toda la canalización del agua estaba perfecta. Que, desde ahí, nada podía estar filtrándose a nadie.
¿Entonces? ... Si todo estaba bien, ¿qué demonios pasaría?, me pregunté y nos preguntamos todos.
Mientras el jefe de obra hablaba y hablaba, yo tuve mil sensaciones y también pensé por mi cuenta sobre la extrañeza del episodio del agua.
Le dije al obrero que el desagüe nuevo, era diferente al de toda la vida. Es decir, que ahora fabrican unos desagües que están pensados para que la gente no tire la suciedad por ahí. Ésto, suele generar la ralentización de la caída del agua, cosa que no pasaba antes. Con el desagüe anterior, el agua se metía rápidamente por la cañería hacia abajo, y se evitaba el estancamiento.
Pero la idea del estancamiento no convenció al obrero como causa del mal. "Nada que ver con ésto", sentenció con convicción y rotundidad.
La única realidad, y por descarte, es que el agua se escapaba desde el teléfono de la ducha de los límites de la pila, y caía afuera. Esa era la única causa verosímil. Excelente metáfora personal lo del "estancamiento" ...
Yo, pensé que inevitablemente, en mayor o menor cantidad, el agua se acabaría saliendo y que siempre estaríamos en las mismas.
Hasta que el obrero habló de una mampara, lámpara, lampara, o todos los sinónimos humorísticos que queráis ponerle. Y, de repente, recordé que le había visto a uno de los vecinos tener en su baño una mampara aislante de ésas, y también reparé en que hace unos diez años o quizá más, el señor Redón,-que vivía en el piso inferior-, subía a veces a decirnos que le caía el agua.
Y al señor Redón, mis padres no le hacían caso seguramente porque al no tener dinero no querían meterse en los gastos de unas obras que no podrían abordar. Y recuerdo que salía mi hermano y le decía que era un tocahuevos y que nos dejara en paz. Quería defender a mis padres y a lo indefendible ...
Yo, he decidido desmarcarme de esa dinámica. Antes de que el mes termine, he apalabrado con el obrero una mampara que me protegerá de los escapes del agua. Y de ese modo podré ducharme tranquilo de riesgos y mis vecinos no tendrán sobresaltos.
Sí. Lo que nadie en mi casa hizo, que fue pensar y buscar alternativas, lo he hecho yo. Mi familia ha sido frágil y vulnerable, extraña, ausente, defensiva y hasta absurda.
Por eso estoy muy alegre interiormente. Ya no tendré problemas con el agua de la ducha, y mis vecinos estarán más tranquilos. Una decisión que parecía una obviedad,     pasó    desapercibida durante décadas por razones bien poco racionales y en extremo insensatas. Por otra actitud.
Pequeñas conquistas, enorme satisfacción interior. Es mi regalo desde mí mismo y hacia mí mismo. Es mi regalo de mi crecer como persona.
- SOY, YO -

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