jueves, 5 de julio de 2012

- TODO ESTE TIEMPO -



Todo este tiempo mío y actual, de renuncia y jaula, de cuidados exclusivos    y    bien  prolongados a mi madre, y de sensación de que la sombra le gana terreno a mi luz, es  sin embargo todo un maravilloso espacio en el que medito, paro, me freno, aprendo, anhelo otros sueños, y soy capaz de aterrizar en mi realidad y sin sobresaltos.
Sí. Todo este tiempo mío, es de banquillo y de alejamiento aparente de mi vida activa y social. Pero solo es una apariencia. Porque en realidad, todo este tiempo que se me va, es un aliado para mi futuro. Y cada día que pasa, os aseguro que estoy más que convencido. Una rica transición.
Es un tiempo de pruebas y de entreno, un período calmo y un tanto anodino, en el que puedo bajar a meditar friamente sobre mí y sobre mi realidad. Nada se pierde. No estoy agazapado en la nada, sino todo lo contrario. Podéis creerme.
Estoy aprendiendo. Y, muchísimo. Estoy dándome sabor y percepción de aquellos momentos en los que vivía y veía realidades prioritariamente erradas. Feliz noticia. Ahora estoy tomando el corcel de mi responsabilidad como persona, me estoy metiendo disciplina en el espíritu, y educando mis prontos y mis actos de euforia y adversidad.
De repente, es como si los dramas y las cosas feas, fueran desdramatizadas por la tozuda y certera ley de vida. Sí. Cuando me quejo y sueño con todo ese espacio de libertad que ahora no me tiene que ser entregado, no soy justo conmigo mismo. Lo que pasa es que mi libertad tiene ahora aroma de preparación y de devenir. Consensos de paciencia, de ánimo, y de estímulo. Convicción y mismidad.
Mi situación actual postergada, es una máquina de experienciar y de encontrarse   con situaciones familiares, cercanas,  de andar por casa, pero que tienen una dimensión    y   magnitud que yo antes no lograba valorar.
Este repliegue, esta trinchera, esta retaguardia, esta teoría de mi vida, sirven y muchísimo para mí. Ahora mismo, cuando os escribo estas líneas, las siento reales y auténticas. Sinceras. Porque estoy lanzando mi posición de verdad en el interior de este escrito que podéis leer. Creo que se nota.
Claro que sueño con mi vida propia, o mi chica, o mis amigos, o con mucho más tiempo para el disfrute y el goce. No lo niego. Pero al lado de toda esa vida de futuro y de horizonte, voy obteniendo grandes claves o llaves que me permiten reflexionar en voz escrita a la busca de un mejor crecer en mí.
En este tiempo de mono de faena, de sudor y nostalgia, puedo igualmente respirar y valorar el trino de los pájaros libres, o una mirada de mujer calma. Y entre los improperios seniles que hoy me lanzaba mi madre, me sentía como padre paciente de una nena mayor asustada y traviesa.
Padre de mí, gobernador de mis impulsos de deseos, madurando imparablemente como hombre, ligando con la calma, y flirteando con las pequeñas cosas que están llenas de jugo. Exhuberantes en mi microcosmos.
-OS LO ASEGURO-

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