Hemingway y la fiesta, el toro y los turistas del exceso, masa llena de deseo de jolgorio, España, Pamplona, Julio, calor, San Fermín, más fiesta, toda la fiesta. Libertad joven y personal en el trono del placer. ¡Riau, riau!
Los encierros. Las carreras matutinas de los toros por las calles. Resbalones, humedad en el Pirineo de Navarra, las manos de los morlacos que ceden y toro al suelo, veterano corredor de encierros que parece un bombero de botarates suicidas más borrachos que una cuba. ¡Fiesta, fiesta, siempre fiesta!
¡Gora San Fermín! El gran chupinazo. Explosión esperada. Ha llegado el momento de pasar de los problemas cotidianos. Llévate a tu chica y a tus amigos, y sobre todo, cuéntalo. Cuéntales a todos lo que eres capaz de hacer cuando eres salvajemente joven y libre. ¡Young, young, young!
Tiendas de campaña que se improvisan en las zonas de acampada, dormir en donde buenamente puedas, los antitaurinos se repliegan ya delante de la gran tradición. Los taurinos juegan en su campo y se salen con la suya. En la plaza de toros está la jota navarra, el libertinaje y la risa sin control. En las gradas se hace lo que sea y que huela a alegría. Todo el imperio turista del mundo grita la misma esperada palabra. ¡Olé, olé, olé, olé!
Chavalas y birras, japoneses con fotos en todos los sitios, la belleza en las piernas rojas y depiladas, sexo y preservativos, ligues y más ligues con sabor a globalización. Casi todo vale.
Amistad con señas, con gestos, con lengua de risa, y con ojos animados por la cerveza. Vino español, vino que tiene Asunción, vino que no es blanco ni tinto ni tiene color. Cansancio en el rostro feliz. Campeonato mundial de atracción turística. Aunque no sepas dónde está España, vente por aquí. Muchos australianos vienen todos los años. Australianos, americanos y hasta de Camboya. No me llames extranjero sino feliz. ¡Eh, toro!, ¡eh, toro! ¡Viva!
Danger. Peligro. Dos minutos terribles camino de la plaza de toros de Pamplona. Los toros corren como atletas jamaicanos acompañados de la gran multitud. Paroxismo y adrenalina. No te lo pueden contar. Se para el toro en el momento más inesperado. ¡Oh, my Good!
Calma y tranqulidad. El toro saca sus tremendas astas, y las exhibe defensivo muy cerca de las costillas del gentío. Pero lo malo son las caídas o las torceduras de tobillo. Puedes ser gran torero de ocasión. Aunque no sepas muy bien qué es eso, todos te lo van a decir. ¡Torero, torero, torero, torero! ¡Y olé!
Hablarás todo el español que quieras y te dé la gana, y el euskera oirás, beberás un barril de bebida alcohólica, y comerás cuando quieras. Descansarás poco, y pedirás más. Mucho más. Desearás vencer al gran toro, y mostrar la supremacía del sapiens sobre la bestia magna. Emoción, nervios, juventud, experiencia, vacaciones, tiempo libre, España, Spain, Julio, Juillet, más San Fermín, pañuelo típico al Santo y a la nueva fiesta: ¡Typical Spanish! ¡Zorionak!
-ORGULLO Y EXCESO-
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