Copagos, repagos, recetas, medicamentos que hay que pagar, susto social, y recortes para la salud de los desfavorecidos. Farmacias en caos, gente crispada y todo el temor. Colas y más colas para no perder la salud. Nuevo escenario. Insólito ...
Farmacéutico explicándole a una abuela que tiene que pagar, médicos desbordados, lleva suelto en el bolsillo por si tienes que pagar, ¿cuánto pago?, ¿ha de pagar?, ¿me toca a mí?, ¿cuánto es?, oye Pilar,¿y precisamente tú quieres cobrarme a mí a sabiendas de que no puedo llegar a fin de mes?, ¿me decepcionas, o te decepciono? ...
Si me pongo malo, lo voy a tener crudo. Colapso medicamental, no hay, de este no me queda, este otro es genérico, si quiere se lo pido al almacén, no sé sin tendremos, vuelva luego más tarde a ver, es que casi mejor que vaya a otro sitio a ver si allí tienen, vaya usted donde quiera, me sabe mal, no se preocupe, ya pero es un palo. Y yo necesito los medicamentos, y no digamos mis hijos que son lo más grande que tengo en este mundo, ¿y los medicamentos crónicos de la abuela?, ¿qué le digo yo cuando llegue a casa?, ¿la vamos a dejar enfermar?, no exagero, pues exagere usted lo que le dé la gana, tengo un miedo del carajo con esto de las medicinas, ¿qué pasa con las farmacias?, ¿qué culpa tenemos los otros?, ¿es la sanidad un lujo? ...
Farmacia española, dureza, huele a presión, no sabemos muy bien qué hacer, dinero a euros, porcentajes según estado activo del cliente, ¿a quién protestar?, ¿esto es justo?, no me funciona ahora el ordenador, lo haremos a mano, este medicamento no me queda pero este otro es muy bueno que se lo digo yo, tranquilícese, ¿quién es el último?, ¡coño, qué de gente!, vaya cola, con el poco tiempo que tengo, he de esperarme, no tengo más remedio, oiga dese prisa y no charle con el farmacéutico que somos más, no haga mucho caso que la gente está nerviosa, no merece la pena reñir, ¿será posible todo esto que está pasando en las farmacias?, ¿esto es limosna o apuesta por la salud pública?, ¿quién está sacando negocio con todo este sobresalto?, ¿absolutamente nadie?, ¿tan poco dinero hay?, ¿por qué han despilfarrado tanto? ...
Preguntas, respuestas imposibles, consensos interesados, nervios y egoísmo. Salud, sanidad, paz de cuerpo y mente, y río revuelto para la ganancia de los pescadores. La farmacia como pesadilla.
No quiero enfermar, ni ir al médico, ni que el boticario se entere de si soy rico o pobre, que no jueguen con mi salud, comprendo el descontento y la crispación. Darwin y la supervivencia, vuelta a las cavernas neoliberales, y con la mejor y más correcta de las sonrisas. Se acabó el bienestar social, la humanidad y la sensatez. Ya no hay apenas comprensión y sí demasiadas cifras, las personas enfermas tienen ahora el nuevo damocles del dinero sobre sus males, y se nos enseña un nuevo paradigma nada decente.
Caos, teos, cosmos y leches. Realidad y poca ficción, dinero y salud, negocio a costa de las personas, miseria del rico delante del pobre, pobrecito mi patrón que piensa que el pobre soy yo, más gente que entra a la farmacia, nos vamos de vacaciones y algo hemos de hacer, no son fechas para ir al médico y hay que pellizcar y mucho a la diosa fortuna. Sí. Desgraciadamente la sanidad está rota en trozos picudos y los ciudadanos más que asustados. Tiempo de renuncia, sacrificio y toda la indignación. Momentos de rebeldía y de toda la paciencia del mundo.
-PONTE BUENO POR LA CUENTA QUE TE TRAE-
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