En mi artículo de hace unos meses titulado: "Marta, ¿tú también?", de este mismo blog, mostraba yo mi enfado y mi impotencia ante un estado de las cosas que parecían indicar que Marta Domínguez no solo se había dopado, sino que incluso pasaba substancias dopantes a otros atletas.
Fuimos muchos y muchas quienes nos dejamos llevar por la desazón, y la acusamos sin contemplaciones. Parecía todo demasiado evidente.
Una lamentable acción policial y judicial, había tenido lugar. Marta debió pasar por los calabozos, implicada se decía, en varias gravísimas acusaciones. Finalmente, sin fundamento.
No. Marta es inocente. Recupera de nuevo todo mi crédito. Marta nunca se ha dopado, ni ha hecho cosas erradas o delictivas. Marta ha triunfado en el atletismo porque ha sido la mejor atleta española y una superclase. Lo demás, mentiras.
Como dicen que rectificar es de sabios, deseo manifestar desde este modesto blog mi error, y felicitarme porque la enorme campeona fue siempre una enorme campeona. Y lo es. Y lo seguirá siendo.
Las actuaciones policiales han sido lamentables, y se ha montado un circo, en el cual se ha linchado deportiva y humanamente a la gran campeona vallisoletana.
Desconozco si ha sido un complot, o si no ha sido ningún complot. Pero, verdades cantan. La juez no ha hallado nada malo en Marta. Y, apoyándome en esa justicia, quiero desmarcarme de ese circo del linchamiento y el descrédito, y dejar las cosas en su justo lugar. Te pido humildemente perdón, ¡campeona!
-DESDE AQUÍ TE PIDO MIL DISCULPAS, MARTA-
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