Eterna sonrisa de chica profesional y actual. Ahí la tenéis casi siempre en la tele, con sus pestañas largas, su melena larga y rizada, su mirada lista y su sonrisa puesta. Impecable y moderno vestir. Alegre. Muy de hoy y de ahora.
Emma siempre está en la tele, rodeada de sus chicos y de sus chicas jóvenes, quienes tontean entre sí y su belleza, camino de historias de ligues, rechazos y competitividades.
Emma García sabe conectar bien con esas pulsiones adolescentes y juveniles. Sabe ponerse en la piel de la chica que se sabe poderosamente bella, y del chico arrebatadoramente joven y musculado. Playa de plató.
Sí. Es un modelo de televisión de poder y proyección, en el que prima la apariencia, el porte, la belleza y los sentimientos iniciáticos, cargados de feromonas o testosteronas. De granos en el cutis, y en el crecer.
Si el invento modelo que se ofrece, sabe establecer una prudente separación entre los valores reales y el deseo primario e inmaduro de triunfar a toda costa, entonces valga el experimento. Si estos programas de Emma, se enmarcan en una determinada etapa del crecer de nuestros jóvenes, valga pues la distracción y la experiencia. Pero nunca olvidéis, muchach@s, que el mundo del placer y del crecer real, nunca es la tele. Mero pasatiempo.
Emma García se interna también en otros programas que tienen que ver con los temas íntimos, de pudor y comprometidos. Y Emma enarca las cejas, y pretende lograr y logra, quitarle drama el asunto. Es como si quisiera siempre decir: "Oye, que esto solo es tele, ¿vale?".
Sí. Emma García, es cuca. Lleva muchos años y sin quemarse, rodeada de jóvenes ambiciosos y velozmente precoces. Les comprende. O, le conviene comprenderles. Esta periodista vasca ya experta a la par que joven, es casi una veterana de la tele. Aguanta bien en este tipo de programas. Parece una chica más entre sus chic@s.
Y estos jóvenes se identifican con ella, como si fuese la autoridad de la hermana mayor, además de la periodista con micro que dirige las cosas. Las cosas del despertar, de la ilusión de un plató juvenil, de un acercamiento a unas almas inocentes y un tanto inexpertas o pánfilas. En su terreno, en este suelo de deseos y de colores primigenios, Emma se desenvuelve como pez en el agua.
-ETERNAMENTE JOVEN-
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