domingo, 17 de julio de 2011

- UN TOQUE DE ATENCIÓN A FRANCISCO CAMPS -



El toque ético del juez de la Comunidad Valenciana, José Flors, se antoja necesario para todos. Como sabéis, el Jefe del Gobierno valenciano, será juzgado por el caso de los regalos recibidos de unos tipos apellidados Correa y Pérez, "el Bigotes". Los famosos "regalos" de la  trama corrupta Gürtel.
Veréis. Creo que la verdadera importancia que tiene la noticia, es el efecto ético y la busca de la honestidad. Más incluso que el juez Flors declare a Camps y a algunos de sus consejeros, culpables o inocentes, lo que tiene verdadero relieve es que ha de quedar todo claro y bien claro. Una necesaria supervisión.
Que, no es bueno para nadie, que pueda existir la posibilidad de que se campe a sus anchas. Lo que importa, es que se sienta peligro cuando se incurra o caiga en la tentación humana de recibir dádivas extrañas.
Éso, es lo que me preocupaba. La sensación de "normalidad". La idea de que más o menos, estaba bien lo de los trajes, o zapatos, o relojes, o lo de "Orange Market"     y      otras  trapacerías. No. El político no solo debe ser honesto, sino tener el afán de desear parecerlo.
No valía decir que uno había pagado los trajes, acompañando dicha aseveración con unas fuertes sonrisas. No. Porque luego va el juez Flors y te imputa, y te dice que éso, hasta que no lo juzgue él, no estará nada claro.
El político, como cualquier persona en cualquier otra profesión, siempre podrá caer en la  tentación de aceptar cosas inoportunas y erradas, pero debe tener siempre en cuenta que le pueden llamar la atención y afearle la conducta. Esta es mi ideal troncal del escrito.
Aquí, en mi Valencia, cada cuatro años el PP gana de calle. El Partido Socialista de aquí, es casi una broma en vez de ser un potente partido de oposición. Cada cuatro años, el Partido Popular gana fácil en mi tierra. Los socialistas valencianos están muy lejos del votante,  el cual se aparta de ellos con evidencia. Y el Partido Popular tiende a coger la idea de feudo sin  oposición, y de que todo lo que hace aquí está bien y es lo mejor.
A los ciudadanos valencianos en general, les importa mucho más el paro,     que     si   sus  mandatarios son unos corruptos. Es una triste realidad que engorda el lío y genera el error y la confusión.
Por éso yo valoro el gesto del juez Flors. Porque ha mirado a Camps y a alguno   de    sus consellers, y en principio no le ha gustado lo que ha visto. No le ha convencido a priori la idea de que todo estaba bien. Y más allá de su veredicto, la lección será que habrá mostrado a los valencianos que la pernada no será tolerable.
-ASÍ LO VEO-

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