martes, 20 de abril de 2010

- CHARLES DARWIN -

El gran explorador y naturalista Darwin, hizo en su momento algo tan inaudito como oportuno. Sencillamente, tan histórico, que le dió una alternativa definitiva a la tortilla por entonces monopolizada por el pensamiento creacionista religioso. Sí. Lo que hizo Darwin fue pensar en libertad.
Se desmarcó de lo que le decían, y decidió hacer de la bandera de la Ciencia su instrumento de investigación. Darwin fue un pionero en el pensamiento científico tal y como hoy se entiende. Supo abrir una puerta. La puerta del atreverse a señalar su libertad. En su "Teoría sobre el origen de las especies", Charles Darwin se limita a pensar, deducir, descubrir y reflexionar. A proponer, a hacernos pensar por nosotros mism@s; a levantarse sobre las demás voces y alzar a la Ciencia libre hasta un monte o altura hasta entonces inesperados.
Vió cómo unos animales permanecían y cómo otros no se adaptaban al medio, y sucumbían inevitablemente. Y nos habló sobre la vida. Nos dijo que la vida aquí había podido tener lugar, sencillamente porque se daban las condiciones para la aparición de las primeras presencias de seres vivos.
No. No se hizo ninguna masturbación mental. Solo dijo lo que podía decirse o deducirse. Fue riguroso, en un tiempo de creencias atávicas. Fue razonador, en su áspero y desfavorable desierto transitado por teólogos, poderosos y gente temerosa.
Darwin nos ayudó mucho. Gracias a él la Ciencia fue más libre, y los científicos perdieron los miedos y se atrevieron a investigar sin cortapisas de ningún tipo. Gracias a él, la Ciencia pudo ser más pura y sincera. Hubo un antes y un después.
Él,Darwin, inició seguramente un camino imparable. El de la absoluta libertad dentro del pensamiento científico investigativo. Y no pretendió que le creyéramos, ni nos amenazó con descalificaciones si no comulgábamos con sus ideas, sino todo lo contrario.
Darwin le sacó el corsé al paradigma del pensamiento, y nos mostró totalmente libre y desnuda la forma de ser las cosas razonadas y teorizadas. Y eso es precisamente la fuerza, la verdad y la esencia de la Ciencia. El maestro Darwin fue un valiente, que, con cariño, nos indicó con su modesto índice un camino lleno de posibilidades donde nunca estaría Disneylandia, sino el lar de la rigurosidad.
A aquellos que le atacan y le censuran, Darwin no les dice nada ni después de muerto. Únicamente les muestra un libro, un pensar, una libertad nueva, una humanidad, una sabiduría y un amor. Que no son, sino sinónimos.
-REFERENTE ESENCIAL-

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