- TÚ -

Sabes que te lo digo a tí,Corín.Con tus dientes del norte y tu sonrisa pícara.Mujer de niña eterna.Cómplice,amable,educada y contenida.A tí,que sabes que te dedico ésto.Para que te recrees, y paladees todas las letras que componen cada palabra de este escrito audaz. Sí.Me has mirado.Has sido muy libre y anónima para mí.Y toda para tí.Tú mirabas al teclado, y yo admiraba a una hembra madura,juguetona y feliz.Me pusiste la webcam.Que quede entre nosotros.Sé que me lo juras.Puede haber más veces como las del otro día.Y lo mejor es, que tú lo sabes mejor que yo.Complicidad. Te hablaba.Me hablabas.Tus ciencuenta años,se estaban,momento a momento,convirtiéndose en una anécdota cronológica.Eras una adolescente sexuada, y mujer al fin de todas las cosas. Me seguías sonriendo, y una mágica vela se encendía entre nosotros.Te sentías a guto.Y te entró esa risa que no puedes detener y que sabes que me sugiere mil imaginaciones de confort varonil y compartido.Eras feliz,¡joder! Me fijé en la piel de tu rostro.Se encendía como la rosa luz al alba.Muy poco a poco se te desplegaban todos los recovecos de las gafas de la audacia.Levantaste los brazos y ví unas formas bajo tu blusa.Te lo dije,y te ruborizaste como solo tú sabes hacerlo.¿Eras pecadora? ¡Ni hablar! Eras,tú.Solo,tú.Sencillamente,tú. Excitada del todo,pero con esa contención que solo las damas con vaqueteo y vida ,sabéis poner y adoptar.Me halagaste como varón.Tu piel estaba encendida de todo lo que tu querías.Y temiste pecar levemente.Y, tú sabes más que yo lo que pasó por tu fértil femineidad y por tus impecables ovarios. Casi temblabas de agrado,pero nunca me lo dirías.Eres demasiada señora.Había luz.Te quitaste las gafas y casi todo.Y ese casi todo,me maravilló.Tu coquetería me mostró el encaje de tu ropa más de gen,y me miraste con la intensidad del fuego. Fue una mágica tarde de webcam,o como leches se llame ese trasto.No importaba nada.Todo lo pecaminoso había sido una arana.Todo mentira.Porque comenzaste a respirar hondo y calmo a un tiempo, y ya me miraste sin rubor y convencidamente cómplice.Habías sido feliz.Que nadie nos quite lo bailado.No importaba nada.Fluía la paz desde todos tus poros y desde todos mis audaces deseos.Pero tú lo sabías.Y lo aceptabas.Y no me diste un beso de real mujer,porque el ordenador no deja.Pero yo,como soy mago,noté la intensidad de tal beso imaginado. -GRACIAS-

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