viernes, 28 de septiembre de 2012

- LA NUEVA PUERTA -



Dentro del proceso que lleva consigo la restauración de la fachada anterior de mi finca, indican las ordenanzas municipales que también la vieja puerta que da a la calle, ha de ser substituída por una nueva.
Hoy es el día, en el que los obreros de la empresa que los propietarios de la finca   hemos  contratado, han retirado la puerta antigua y ya inservible, y la han substituído por una nueva y actual. Bien cara, por cierto ...
Os aseguro que lo primero que me ha venido a la cabeza cuando he visto a la puerta vieja ya quitada y apostada en una pared mientras ponían la nueva, es que no recordaba nada de la puerta vetusta.
O, mejor dicho, que mi futuro y mi responsabilidad desechaban en mi selectiva memoria la más absoluta de las nostalgias y evocaciones. Sí. Era una puerta vieja y de metal, con poco cristal, y que en su parte inferior malgastada, había unas hendiduras por las cuales se metían las hojas secas en el zaguán cuando arreaba el viento, e incluso cuando la gota fría atacaba a mi Valencia, el agua hacía por penetrar y filtrarse.
No. No me interesa nada en absoluto la puerta vieja. Me ha importado un pito escuchar los golpes de mazo de los obreros contra las paredes laterales y los puntos más adecuados, para poder instalar la nueva.
Recuerdo, que me he acercado a uno de los trabajadores, y le he     hecho      una   ironía   preguntándole si no vendría pronto un gamberro y nos rompería las cristaleras. El obrero, me ha sonreído, y me ha dicho que no era de kriptonita, y que hoy en día los gamberros siempre son impredecibles en sus vandalismos. Y yo, le he respondido    con    otra   sonrisa comprensiva.
Finalmente, uno de los obreros me ha dado mi llave nueva. Y a continuación, he introducido dicha llave con diseño campaniforme en el interior de la cerradura, y me he dado cuenta que para abrirla era necesario hacer fuerza, dado que se trata de un objeto de gran peso.
Pero, una vez dentro de mi zaguán, la puerta ya no necesita ser guiada por mi mano como hasta ahora, ni por la de nadie. La puerta, se cierra sola. Como casi todas las actuales  y  modernas. Como las que hoy se utilizan, fabrican y son.
Casi por inercia, he llevado la mano hacia dicha puerta nueva para cerrarla como hacía con la puerta vetusta, y de repente he retirado dicha mano. Ya era un movimiento innecesario. Esta puerta tenía otro confort. Así que, alegre y contento, he comprobado que la puerta se cerraba, y además sin hacer apenas ruído.
Y, a la vez, tomaba otra actualizada responsabilidad. Ahora tocaba subir mis tres pisos y sin ascensor. Lo duro. El reto no está ahora abajo. No. Ahora se trata de llegar arriba, de abrir mi propia puerta de siempre, penetrar en mi piso, y hacer de mis sueños toda una realidad.
En la escalera de mi casa ya no está ahora la mayor dificultad para seguir creciendo como persona. Ahora todo se centra en mí, en la aceptación y uso de mis novedosas y necesarias responsabilidades, y en buscar victorioso el reto de mi futuro.
Me sé la lección. He de meter la llave campaniforme en mi puerta nueva, la abro, y luego ella hace todo lo demás. Y, a continuación, me toca a mí hacer el resto. Si finalmente logro hacer todos mis deberes, habré conseguido algo vital para mí.
-ABRIR MI VIDA-

2 comentarios:

Que corta es a veces la memoria. Que poco valoramos las cosas cuando ya no las necesitamos. La puerta, no, La Puerta, en mayúsculas. Lo primero que ves cuando llegas a casa. La primera protección ante el intruso. La Puerta, esa puerta que cada mañana al salir hacia el trabajo queda guardando tu casa. Dices que la pobre ya no era capaz de contener los excesos climatológicos, pero no es por su culpa. Si la hubiéramos cuidado como se merece seguramente habría llegado al final de sus días en mejores condiciones, pero sólo le hemos exigido: ciérrate, no dejes pasar a cualquiera, porqué coges tanto polvo, etc...
Su final será el mismo en cualquier caso. No era una belleza, peró cumplió, o lo intentó, como la mejor. Su destino la fragua y, quién sabe, lo mismo acaba de nuevo protegiendo la entrada a la casa de otras gentes. Salut Mag... No voldreu venir amb nosaltres?

Entrañable amigo Broc. Reflexión siempre lúcida sobre la puerta. No añado una coma a lo que señalas con acierto.
Lo que más me agrada es que eres capaz de introducirte en mis terrenos de ternura y de ser. De "pell".
En cuanto a la última reflexión de cariz político, sigo sin ser capaz de pronunciarme con claridad. Me identifico más con la Mediterránea que con Madrid, pero a todos os quiero.
Salut y abraços del teu amic el Mag.
El Mago. ( Y poeta )

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