jueves, 27 de septiembre de 2012

- CÓMPLICES SIN BALÓN -



El gran estadio de fútbol, parece que nunca puede sospechar. En uno de los mejores equipos del Viejo Continente, juegan tipos especiales. Uno de ellos es Sammy Mats, y el otro es conocido como Rob Eflsen.
Mats, es imaginativo y goleador, y Eflsen es un lateral casi juvenil y con una proyección  sin barreras. Presente y futuro de dos divos del balón redondo, y de ese deporte que a todos tanto encandila.
Sammy Y Rob son excelentes compañeros, pero se sabe muy poco acerca de su vida privada. Y, nunca ha de saberse. Por mil razones prácticas, y hasta convenientes.
Ambos futbolistas, se admiran mutuamente. Muchísimo. Pero, la magia de su relación,   comenzó en un tranquilo vestuario tras una victoria en un difícil campo contrario. Se vieron mutuamente los cuerpos, y sus ojos escrutaron rápidamente una verdad. Apareció una mágica e inevitable atracción.
Cuando la ducha terminó, y ya en el autobús que les llevaba desde el estadio al aeropuerto, decidieron sentarse en asientos contiguos. Y, se miraron mucho antes de hablar quedamente. Tranquilos, relajados, serenos, cómplices, cómodos ...
Esa misma noche, ya en su lugar de destino habitual, en la ciudad de su magno club,    ya   habían decidido cenar juntos, y en las postrimerías de la velada en aquel selecto restaurante, decidieron que era más que posiblemente el momento de dar algunos pasos.
Pocas horas más tarde desde la agradable cita, Sammy Mats y Rob Eflsen se dieron cuenta en el lecho compartido, que su atractivo placer compartido debería abrir una nueva   vía  sentimental. Un nuevo paso hacia adelante, y elevado. Dos semanas más tarde, los dos grandes futbolistas estaban completamente seguros de sentirse completamente enamorados. Nadie puede decir en los medios que son inseparables, ni que su amor les envuelve su mirada y su todo.
Sammy y Rob, son inteligentes y prácticos, además de dos cracks del fútbol. Saben en dónde se hallan. Por éso, han hablado ya más que seriamente con sus representantes que les llevan el dinero y las condiciones personales para las cláusulas, ofertas y contratos.
Solo los representantes de ambas figuras del fútbol, pueden saber que Sammy y Rob  son homosexuales. Y sobre todo, que nada debe suceder, y que su armario ha   de   ser  ahora eterno y compartido. Nada de hacer públicas sus vidas reales y sus sentimientos, el machismo homófobo puede acabar con todos sus proyectos de negocios, han   de    pactar  intimidad con los medios influyentes, y si alguien esboza una primera sospecha habrá de contratarse a dos jóvenes y bellas chicas, para que se hagan pasar por sus dos amigas siempre especiales. Nada de riesgos.
Pasa el tiempo. El veterano goleador Mats, sigue deslumbrando con la efectividad de sus goles, y Eflsen se dispone a debutar a su lado en la selección nacional de ambos muchachos. Los progresos del joven Eflsen, van parejos a su felicidad personal.
La pasión de los seguidoress, está ahí. Hablan maravillas de ambos. Todo el mundo, afirma adorarles. Pero Sammy y Rob saben que lo que pasa por encima de todo,  es     que     les  consideran absolutamente dentro de la "normalidad" de las reglas del juego.
Y que si esos mismos seguidores les viesen cómo cada noche se aman, se acarician, se  hacen un solo cuerpo tierno e intenso de amor, y cómo lanzan toda su mutua verdad sobre la piel, entonces durarían más que poco en el gran Olimpo de los elegidos.
-CAERÍAN EN EL POZO MORAL DEL DESCRÉDITO -

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