lunes, 17 de septiembre de 2012

- EL SEÑOR DE LOS CIUDADANOS -



Ése, es diferente. Ese tipo, no es un ciudadano más. Es un ser extraño y casi inaudito. Su historia, es la de un maravilloso suicida aparente y ejemplar. Está muy serio e indignado. Lo que pasa, es que los todavía ciudadanos pobres de pleno derecho y de la Tierra, le adoran ...
Sí. El planeta es una guerra bestial. Todo está lleno de fuego y de combates. El gran Señor de los Ciudadanos ha perdido toda la paciencia, y ha decidido entrar en acción. Parece, extraño. Siempre fue educado, sereno, inteligente y correcto. Se entrevistó con todos los Poderes. Habló con los directores de los medios, con los curas, con los médicos, con los catedráticos de las universidades, con los ancianos con experiencia, con los dirigentes políticos, y también naturalmente con los banqueros. Y llegó a la conclusión, que él era un esclavo derrotado. Y que los ciudadanos como él, otros esclavos.
En efecto, el globo terráqueo suena a golpes de impactos secos y de estruendos de escalofrío, a agobio y a sangre derramada. Todo es una enorme guerra. Pero no es una guerra entre países o naciones. No. Es un enorme enfrentamiento, y a tiros y bombazos,       entre    los ciudadanos ricos y los pobres.
El Señor de los Ciudadanos, es el adalid y líder de los pobres. Es un soldado sin miedo, capaz de generar la destrucción de quien osa atacar a los desfavorecidos. Su lema se sintetiza en una sola frase: "Somos más que mayoría" ...
La guerra está ahí afuera y descarnada. En el bando de los ricos, están los militares y   los mercenarios a las órdenes de los grandes banqueros.
Los políticos, han huído. Dice la leyenda que a algunos se les ha podido ver separados,    y  enfrentados entre los dos brazos de la gran lid universal.
Es difícil saber quién ganará la batalla. Pero en los ojos de los ciudadanos pobres que combaten, ha reaparecido el brillo de la normalidad y de la ilusión. Buscan la reconquista de lo que han perdido tras cientos de años de progresiva y humana reivindicación.
Los Estados, ya han muerto. No existen como tales. Los tapetes se han levantado. Toda la gran hipocresía, se ha evaporado. La lucha es frontal, clara, y de cuerpo a cuerpo. No es bueno ahora estar en este planeta. Lo mejor, es un crucerista e imposible viaje evasivo al espacio interestelar y exterior.
Nadie sabe nunca con certeza dónde se halla el llamado Señor de los Ciudadanos. Dicen que es un soldado liberador. Como un nuevo Jesús de Nazareth, que hubiera vuelto a la Tierra y esta vez en son de guerra.
La conciencia humana, está en un proceso evolutivo y neuronal de gran actividad. De la misma manera que las balas y los morteros disparan en todas las direcciones, sus autores intelectuales también remueven mucho las ideas. No saben muy bien qué hacer. Sobre todo, los ricos.
Se asegura desde la leyenda inexacta del vacío de poder de toda guerra, que los ricos quieren llegar a una tregua y a un pacto final con el Señor de los Ciudadanos. Y se afirma, que dicho líder implacable y magno, no quiere parcheos sino un cambio absoluto en las reglas del juego. O vence, o muere. No le vale otra ...
Por eso siguen los grandes combates en todos los frentes, y no hay suficientes locales de habilitación para ubicar a las miles de bajas de todos los bandos. Pero nadie puede dudar que ahora los pobres no se sienten tan huérfanos.
- ¡LOAS AL SEÑOR DE LOS CIUDADANOS! -

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