viernes, 20 de mayo de 2011

- JORNADA DE REFLEXIÓN -



Sábado. Ha terminado la campaña electoral. Mañana son las elecciones autonómicas y locales. España. Mayo. Democracia e ilusión renovadas.
Nada pasa. Ahora, estamos relajados. Pensando en a qué partido vamos a votar, o si no vamos a ir a votar, o si votaremos en blanco, etc. Serenidad. Mañana hemos de nadar por el río de la coherencia.
Cada ciudadano votará al partido que más le guste, y nada ni nadie le influirá. Todo da igual. Solo importa nuestra libertad. Como debe ser. Como va a ser. Como un ejemplo para todas y para todos es nuestro derecho a nuestra libertad. Ésa, ha de ser nuestra palabra   en       la  conciencia y en el acto. ¡Libertad!
Parecía una campaña electoral y unos comicios, anodinos. Nada más lejos    de     la   realidad. Estamos bastante intensos. Han sucedido muchas más cosas de las esperadas. Hemos tenido brotes e ideas innovadoras de fondo, las cuales han pillado en la gran sorpresa a todos toditos los partidos políticos de este país. Y además, los jueces han actuado contra miembros de la cúpula del Partido Popular de Valencia. Las cosas, se han movido de una manera que pocos esperaban. Cierto.
En este día de libertad plena y de reflexión en España, hemos de tener en consideración  y valoración todo lo que sucede, y darle a ello nuestra propia visión. Parece haber una cierta sonrisa de ilusión, la cual se solapa bajo las convicciones ideológicas y políticas. Parecería que necesitamos acercarnos más a los políticos, y sobre todo, que los políticos nos tengan mucho más presentes en sus oraciones de los que nos tienen. Pero, éste, es un debate mucho más de fondo,-que nos afecta a todos-, pero que no es lo que mañana domingo se nos presenta como prioritario. De esto último, tiempo tendremos de hablar en los próximos meses. Sin duda.
Mañana, lo que es, no es otra cosa que una cita personal, regional, comarcal, autonómica o local con nuestro derecho de elección. Mañana, las españolas y los españoles, les diremos en las urnas a los políticos cómo pensamos acerca de ellos y de sus propuestas. Y cuando     los  escrutinios concluyan, felicitaremos a las formaciones ganadoras. A las que más votos hayan logrado. Comme il faut.
Esta es la sana deportividad que la democracia nos ofrece. Nuestro derecho como ciudadanos, a elegir en plena libertad. A apostar por unos, y a desechar a otros. Pero siempre, desde  el orden, la tranquilidad, el sosiego, la madurez, la convicción y el ejemplo cívico.
Volveremos así a demostrar al mundo nuestra talla como ciudadanos     que      vivimos   en democracia, nuestro crecer desde las leyes, y toda     nuestra       más   que    refrendada    responsabilidad como personas libres.
¡QUE GANE EL MEJOR!

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