viernes, 13 de mayo de 2011

- DEJADME ESCRIBIR -



Sí. Dejadme escribir. Dejadme que os cuente todas las cosas de mí. Dejadme salir de la cárcel de mí mismo, y que mis sentimientos salgan al aire en forma de letras e ideas. Dejadme.
Haced que suelte lo que llevo bien adentro. Toda mi creatividad y mi ingenio. Dejad     que  vuele con alfombras reales, camino de la libertad. Bendita escritura. Bendita comunicación. Benditos sueños humanos, que se encauzan expresivamente desde mi niño blog. El vuestro.
Dejadme. Dejadme que conecte con todos mis amigos españoles y de allén de los mares. Dejen que mi poesía y mi prosa naveguen en un barco de sorpresa y magia,   para     detenerse  suavemente en los puertos más bellos e inesperados de vuestros corazones. Quiero ver los dientes de vuestras sonrisas.
Que no quede mi escrito parado sobre una mesa, cansado, atrapado, dependiente y frío. Que siga la santa comunicación. Que las máquinas no dominen la costumbre del deseo social y natural. Este blog somos todos los que le leemos, empezando por mí mismo.
En efecto, hay días que parece que no se puede editar o publicar entradas. Somos humanos y cometemos errores, pero todo debe ser coyuntural y puntual. Anecdótico. Este blog, vive. Sigue bien vivo y coleando. Es un periódico personal de ocio. Me gusta pasaros lo que siento, y me arriesgo a vuestras loas y a vuestro rechazo. Mas, asumo el reto. No pienso   ser   un cobarde al escribir. Un "quedabien". No sería yo. Soy pasional. Lo véis en cada palabra, letra, frase o giro. Soy desnudo al escribir. Apenas sé fingir imposturas, y cuando lo hago, sé que lo notáis. Aquí ya no quedan tontos.
Escribo y escribo. No lo puedo evitar. Cada día, un escrito. Escribo     y      me     la    juego,  exactamente, de lo que me da la gana. Por éso, sé que me leéis. Me leéis descarnado y real. Sin maquillajes excesivos o liftings de estética. Yo, soy como soy. Me doy todo   en     cada  impulso gramatical y también real. Tengo sangre española en mis venas, y no puedo ser un  contenido alemán. Tengo muchísimos defectos, y algunas virtudes. Me gusta mi niño interior. Ese genio mágico y travieso, el cual es el gran padre del blog que leéis. El motor.
Sí. Dejadme. Dejadme que siga sacando a pasear por el universo del internet, toda mi verdad. Sin falsas vanidades ni pretensiones. Solo soy un ser humano. Nada más, y     nada   menos. Alguien que necesita ponerse ahí, decir cosas, deciros cosas, lloraros cosas, haceros reír   a carcajadas o guardar silencio de reflexión.
Cada vez me gusta más escribir. Dejadme. Sí. Voy a dejarme a mí mismo seguir escribiendo para así romper las barreras, las fronteras y los mitos. Y para poder viajar hacia lo mejor de todas vosotras y vosotros.
-MIL GRACIAS-

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