Seguramente, terminaría siendo el debate, inevitable. Me refiero, naturalmente, a las manifestaciones que están teniendo lugar en las plazas públicas de las grandes ciudades españolas, -en su mayoría jovénes-, que vindican una democracia "real" y más auténtica, en el seno y corazón de la propia campaña electoral para las elecciones locales y autonómicas, que tendrán lugar este domingo 22 de Mayo.
Sí. Creo que está muy bien lo que la gente está haciendo. La espontaneidad en la recuperación de las ágoras, y en edades predominantemente jóvenes, es lógica de salud social.
El descontento y el malestar con lo que se nos ofrece, entra dentro de los parámetros de la lógica. Nos están excluyendo, y tratando de convencernos de que el único mundo que está bien y que es posible de recorrer, es éste.
Y, no es así. Por mil razones. El Estado del Bienestar, ha sido una loable conquista histórica y desde el consenso entre las clases sociales. Se han consensuado cosas, que ahora parecen huír y difuminarse. Como la propia rebeldía.
No nos dan empleo, se alejan de nosotros, nos hablan de apretarnos el cinturón, de la "crisis", y el mundo nos propone una especie de barrera impasable y de todo punto domadora y dispuesta a distraer toda nuestra realidad.
El político, el sindicalista, el amigo, parece demasiado lejos de la gente. Esos cables de conexión social que podían otorgar la sonrisa de la esperanza, parecen pelados y deteriorados. La crisis de la representatividad. La sensación social, de que los políticos cuentan cada vez menos con nosotros los ciudadanos de a pie.
Por éso es que me parece un debate apasionante lo que se propone. El deseo en el mayo español, es noble, natural, nacido de la sinceridad del enfado y de la necesidad. No hay que buscarles rodeos o retorcimientos a los debates auténticos. Nacen del alma.
Seguramente, y poco a poco, la totalidad de los grupos de representación actuales, se verán obligados a pensarse mejor las cosas. Les conviene hacerlo, o de lo contrario otros cogerán el testigo de la iniciativa, y los partidos y sindicatos al uso, quedarán rezagados del mundo de lo que sucede en el seno de la circulación de la sangre social.
La gente está reclamando, compromiso. Que, si son realmente el poder, que lo demuestren mucho más. Que, si son nuestros amigos, deberían ponerse unas dioptrías y venir más a nuestras cosas. Que, la sociedad, no está donde muchos creen que estamos.
No. No somos tontos, ni nos chupamos el dedo con facilidad. Tenemos personalidad, futuro, identidad, ganas de preguntar muchas cosas, y de obtener respuestas mucho más claras y convincentes. Estamos pelín o "muchín" hartos de las palabras huecas. Y nosotros también tenemos derecho a hablar, y a comentar, y a forma parte. A, pertenecer.
-AVISO PARA NAVEGANTES-
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