El Madrid deberá esperar otro año para optar a la Liga. Porque el F.C. Barcelona supo detener las ansiedades, y poner las cosas en su sitio. 1-1, y ocho puntos de ventaja. Alea jacta est.
El partido del Bernabéu fue totalmente geográfico y posicional. Seriedad, respeto mutuo y nada de juego alocado. Cada uno, a lo suyo. El Madrid, almacenó músculo y velocidad a raudales. Pressing, a lo bonzo y a lo necesario.
El Barcelona, no ofreció novedades. Con el balón dominado, se limitó a no perder demasiados balones, y a pensar que el Madrid se puede revolver en un rechace y matarte. Por éso, utilizó lo cerebral y lo práctico. Son los dos mejores equipos, seguramente de Europa. Cada uno, apostando fuertemente por sus activos.
Villa, es un jugador especial. A veces, te desespera. Pero, sabes, que el astur lleva el peligro en el gen. Ayer estuvo soberbio en el campo del Madrid. Le hicieron un penalty que no se pitó, falló un gol cantado, pero le placaron dentro del área y el árbitro tuvo que pitar el penalty.
Un Messi tranquilo, convirtió los nervios en sonrisa. Pero ayer el argentino estuvo tristón, descentrado, incómodo y hasta agresivamente nervioso. Pero nadie debe alarmarse. Es Messi.
El Madrid, tras el gol del Barcelona, logró seguir siendo muscular, a pesar de que parecía por momentos que el barco blaugrana navegaba paulatinamente a placer, y que ya brillaba , camino de la puerta grande.
Mas los blancos sacaron la casta y lograron el empate, tras un penalty a Marcelo. Noventa minutos, volvieron a ser muchos en el Bernabéu. Pero cuando el Barça juega al toque, a la calidad técnica, al tiki-taka, y a lo Iniesta y Xavi, entonces todo vuelve a la normalidad. La Liga se viste de blaugrana. De nuevo. Bien, Pep.
A los madriles, les da moral el empate para la final de Copa de Valencia, y para los partidos "champions". Queda mucha literatura y muchas emociones. Cristiano Ronaldo apenas ha dicho nada, y Mourinho casi se sale con la suya. Es muy listo. La frescura, las lesiones y las tarjetas, irán decidiendo quién gana y quién sucumbe. Azares y árbitros.
Pero, yo, me sigo quedando con el equipo que decide tener el balón y jugar al fútbol. Y ése, no es otro que el Fútbol Club Barcelona. Me alegro por el fútbol.
La pasión del fútbol. Millones y millones de personas, entretenidas viendo fútbol. Así, nos olvidamos de la puñetera crisis. Hace falta. Vivan las audiencias del ocio del "opio".
No ha sido una gran partido, pero todos nos hemos olvidado del paro por noventa minutos. Pronto vendrá Mestalla y la final de Copa, y en seguida las semifinales europeas. Lo siento por el bravo de Puyol y su lesión nueva. Pero el Barcelona sigue en su sitio y sin descomponerse. Lo tiene todo a favor, y además de la Liga. Puede ganar los tres partidos que le quedan. Pero el Madrid, con su seriedad, se lo pondrá bien difícil.
- ¡VIVA EL FÚTBOL! -
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