Yoga. Yoga de paz. Yoga que te deja relajado y sereno. Pleno. Yoga que viene del Oriente hacia mí. Yoga de serenidad y de respiración profunda. Yoga de libertad y de paz.
Siéntate o túmbate en una posición confortable, y siente esa comodidad inicial atacando tus pensamientos conflictivos. Sédate tú mism@. Disfruta. Haz como si salieras de tu realidad, y que todo fuera un verde vergel lleno de sonrisas y de afecto. Visualiza todo eso. Yoga, como si fuese un beso. Únete al placer sutil y sibarita. Tú, puedes.
Sí. Relajadamente, sientes tu cuerpo. No hay guerras ahora, ni situaciones tensas. Has de creerte tu propio yoga interior. Déjate llevar por tus sentimientos, y verás cómo los músculos propios comenzarán a acariciarte. Y entonces, tu raíz se abrirá. Y serás tú al desnudo, sin trampas, sin hipocresías, sin conveniencias, sin condicionamientos, y también sin autoengaños.
Y empezarás a ser flexible empezando por tí mism@. Respira. Respira hondo, suave y fácil. Y toma conciencia de tus energías y de tu fortaleza. Insisto. No se te ocurra pensar demasiado en tus problemas cotidianos. Si lo haces, tu cuerpo volverá a abrazar a tu mente preocupada, y te empezarás a preguntar que qué haces en medio del asana o postura yóguica. Dudarás.
Os confieso, que hubo una época en mi vida, en la que yo asistía a clases de yoga. Os recomiendo que lo hagáis. Y, reconozco, que aquellas relajaciones en grupo y con monitor, sacaban la realidad física y gestual de mí. Cuando terminaban las sesiones, me sentía veloz, descansado y ligero. Con una fortaleza natural y exotérica, y sin necesidad de las pesas o aparatos de un gimnasio convencional. ¿Sería pura magia? ...
Lo que sí que sé, es que estar sereno, tranquilo, relajado, sosegado y en paz, es una de las grandes aspiraciones del hombre, y en cualquier hora o época de su historia. La técnica o costumbre oriental del yoga, es una excelente idea y de profilaxis. Sin obsesionarse.
En realidad, el yoga es como redescubrirse a uno mismo, repasarse, o como reflexionar serenamente acerca de unas ideas. Sí. El yoga es dejarse andar, deshacerse los nudos de los tendones y de las contracturas tensas, y abrazar el sacro y sano imperio de la naturalidad. Ser, un@. Sacarse hacia afuera, y desde bien adentro. Llorar y reír verdad, y sin alharacas.
Los niños, apenas saben mentir. La realidad, nunca es mentirosa. Un niño no necesita yoga para ser él, porque todo su movimiento es verdad y carece de maldad o de retorcimiento. Éso es el yoga. Una verdad, que está en lo más profundo de nosotr@s. Como nuestro niño interior, puro y sincero. Auténtico. Como la conciencia del río sano que nos lleva, o como la necesidad de vivir en alegría y en armonía. Quien se miente a sí mismo, no sabe respirar y acaba desequlibrándose hacia el suelo del error. Os invito a ser libres.
-Y VERÉIS-
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