EL MAGO: Hola, amiga imaginación. ¿Te apetece que charlemos un ratillo?...
IMAGINACIÓN: En principio sí, Mago. Porque sé que tu charla es amena y ocurrente. ¡Charlemos, venga!
EL MAGO: Creo que me fascinas, imaginación. Eres una de las cosas que más me ha atraído desde que estoy en medio de la vida, ¿sabes?...
IMAGINACIÓN: No me extraña, Mago. Sé que te gusta el ingenio y la ocurrencia. Suele pasaros a muchos valencianos. Sóis creativos y originales. Tú, no puedes negar que eres de Valencia...
E.M.: ¡Jamás negaría mi cuna, imaginación! ...
I.: ¿Y a tí de dónde te viene tu sentido de la creatividad y de la ensoñación imaginativa, aparte de tu hecho natal, Mago? Cuéntame, venga...
E.M.: Ni idea. Desde bien niño se me ocurrían cosas curiosas. Y que yo sepa, en mi familia nadie fue artista o heterodoxo, ¿sabes, imaginación?...
I: Comprendo, Mago. Entonces, eres el pionero o el primero de tu saga familiar de creativos. ¡Enhorabuena!...
E.M.: Gracias, imaginación. Déjame pensar. A ver. En realidad, todo lo que imaginamos, ¿puede suceder, o solo es un sueño?
I: Éso, depende del equilibrio que se tenga. Porque si uno imagina ser Napoléon, entonces no hay que hacerle caso y llevarle ante un doctor...
E.M.: Je,je, imaginación. ¿Sabes? Crear, imaginar, pensar cosas imposibles, puede ser apasionante. Es, como tomar la realidad, y hacer arabescos con ella. Como, jugar. Estirar la realidad puede ser extremadamente divertido, amiga...
I: Te diré una cosa, Mago. A tí te encanta el humor. Y, ¿sabes por qué? ...
E.M.: No. Ni idea. Dime...
I: Porque el humor te ayuda a combatir tus fantasmas y tedios cotidianos. Para tí, la alegría es tan importante como el comer diario. ¿Me equivoco, Mago? ...
E.M.: No te equivocas, imaginación. Aciertas plenamente. Es que si no le meto humor y heterodoxia a las cosas mías, entonces todo es aburrido, previsible, y un perfecto coñazo. Lo siento, pero lo gris me da un tedio insportable...
I: Y ahí te aparezco yo y ...
E.M.: ¡Éso es! Me pongo a soñar, y aparecen hombres altos de piernas cortas, o monstruos bellísimos, o viejas barbudas, o caballos alados con aroma a sal...
I: Sí, Mago. Así es. La imaginación debe ser social, para ayudar, para hacer que la gente se sorprenda y emocione. Las ideas excéntricas y heterodoxas, serán irrealizables. Pero, bien que son divertidas, Mago. Ja, ja, ja, ja...
E.M.: Oye, imaginación. Y, antes de tí, ¿había algo en el mundo? O, ¿sólo los simios y los homínidos? ...
I: Nunca hubo ni pudo haber nada antes de mí. Para que hubiese inteligencia, del tipo que fuere, tenía que poder imaginarse cosas. Y ponerlas en práctica. Y, crear. Todo ocurre, porque la gente piensa. La vida, piensa. La muerte, no piensa nunca porque no puede. ¿Te das cuenta, Mago?...
E.M.: Quizás por eso sea yo tan vital. Me gustaría no tener que morirme nunca. Estar siempre vivo, coleando, e imaginando cosas. Sería apasionante, amiga imaginación...
I: Ya verás cómo tu imaginación nunca envejecerá, Mago. Al revés. Cuanto más viejo seas, más cosas sorprendentes se te ocurrirán. Déjame ser tu pitonisa, ¿vale?...
E.M.: Te dejo, imaginación. Faltaría más...
I: Lúcete ahora, Mago. Imagina que te propongo que me improvises y sin mucho pensar, una ecuación o fórmula ocurrente e imaginativa. ¿Se te ocurre algo? ¡Venga! ...
E.M.: Sí. Voy a intentarlo, amiga. Veamos: "A al cuadrado partido por X al cubo, dividido por rótulas elevadas al enésimo exponente, en medio de una playa alemana llena de paellas de Valencia con olor a perfume inglés"...
I: No ha estado nada mal, Mago. Por cierto, ¿has imaginado ya a la mujer de tus sueños? , ¿cuál es o sería, amigo? ...
E.M.: ¡Mágica! Je, je, je. Debería tener la magia del amor y de la naturalidad. Esa mujer imaginada, sería mi tesoro más extraordinario. Y yo te digo, que pronto estará a mi lado. Y será rubia y con poco maquillaje. ¡Ah!, y bajita...
I: ¿Como la kioskera de tu barriada, Mago? Ja, ja, ja, ja...
E.M.: Sí, amiga imaginación. Como élla, como todas las mujeres, y como tú misma. ¡Siempre todas mágicas! Je, je, je, je...
I: Bien, Mago. Te dejo que sigas soñando. Que, veo que no sabes parar de hacerlo...
E.M.: Siempre agradecido, imaginación. Gracias a tí, tengo mucha puntería para llegar al corazón de la gente sensible...
I: Y, para ser pelín vanidoso, ¿eh, Mago? Ja, ja, ja, ja... Adiós, y sé muy feliz...
EL MAGO: ¡De adiós, nada! Sin tí no podría vivir...
IMAGINACIÓN: Qué exagerado eres, Mago. Besotes.
EL MAGO: Ciao, amiga. Hasta bien pronto...
IMAGINACIÓN: ¡Adiós!, ¡hasta ahora! Ciao.
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