El fútbol tiene estas cosas. A veces, solo es miedo y tensión. Nervios desatados, y todo el temor a perder el balón, el partido, y absolutamente todo. Por eso nacen las estrategias, la matemática, la escuadra , y hasta el cartabón. ¡Putos librettos!
El Madrid y el Barcelona salieron al campo con terror en la mirada, y con la alegría del fútbol clausurada bajo siete llaves. A veces, la responsabilidad te atenaza y devora. Lección válida, de toda una semifinal/ ida de la antigua Copa de Europa. Eterna.
No hubo fútbol en todo el partido, sino mutuas miradas de reojo. Juego posicional, mediocre y de conveniencias. Fútbol cagón. El Barcelona tomó su balón y ganó su espacio geográfico.Pero, la alegría, estaba castigada a no salir al patio del Bernabéu en este expectante miércoles.
Mourinho, la había liado horas antes. Y Guardiola se había defendido finalmente. La pólvora de la bronca parecía estar preparada para estallar. Y, estalló. Pero no hubo ruído, sino ansiedad y juego tristón y ramplón. ¿Era éso una semifinal europea? Pues, increíblemente, lo era. Hay que aprender.
Sí. El partido de ayer fue el que gusta a las máquinas frías de los nervios templados. Los nerviosos e impulsivos, sucumben a estos retos. Todos, eran demasiado conscientes de la destructora importancia de la frustración.
Los jugadores, empezaban a perder los papeles. No era cuestión de quedarse mirando, y de que el rival se saliera con la suya. Comenzaban las patadas y las grescas. Todo, menos fútbol. Camino del vestuario, el portero suplente Pinto fue expulsado por el colegiado. Tensión en el filo y a destiempo. Nervios rotos.
Pepe. Pepe, le soltó una patada a Alves, que casi lo cruje, a poco de comenzar la segunda parte. A la puñetera calle lo mandó el árbitro. Y Mourinho, también se fue a la grada. Mal rollo.
No. No eran dos equipos mediocres, a pesar de todos los pesares. Sino, seguramente, los dos mejores equipos del mundo. Y aunque Cristiano no aparecía, algo iba a pasar.
Ya lo sabéis. Se llama, Messi. Es, el mejor. Y, apareció. Remató con un picotazo a centro de Afellay, y para adentro. ¡Gol! Empezaba el calvario madridista. Porque, el gran Leonel, insatisfecho finalmente, cogió un balón, se fue de varios contrarios, aguantó carros y carretas, y la enchufó ahora con la pierna derecha: 0-2. RIP. ¡ C´est finie ! ...
¿Ya está el Barça en la final, de la misma manera que Mourinho en las gradas? No lo sabremos hasta la próxima jornada, porque el Barça no tiene banquillo, y el Madrid poco que perder ya.
Pero, los milagros no son abundantes en este negocio. Y puede volver Iniesta. Y Alves conserva al sonrisa, y Messi, toda la genialidad. El Camp Nou podrá respirar con un cierto sosiego. Los goles, dan para un relajo. Pero sin confianzas.
La gran lección de los nervios templados, ha tenido un final que sonreído al más audaz. Y es que el Barça, sigue jugando mucho mejor al fútbol.
-PERO HOY NO ME HE DIVERTIDO-
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