miércoles, 20 de abril de 2011

- MI PENA -



Ahí la tengo. Entre las sábanas y las mantas de una cama. Con el patetismo que te da el ver que ha tirado la toalla. La madre que me parió. Mi madre. La señora Carmen, solo   quiere dormir y más dormir, como si ese sueño patológico que la divide de la realidad pudiera  ser realmente su sosiego y su bienestar. Todo lo contrario. Todo, mentira. No puedo evitar    el  mirarla desde su habitación, y contemplar su pena y su derrota. Sí. A pesar de que mi madre físicamente está en bastantes buenas condiciones, parece que su cabeza va diciendo basta ya.
No quiere ver a nadie. No quiere saber de nadie. Ni siquiera de su propia familia. Se encierra en la casa de mi hermano, y se refugia en su destructividad ya irreparable. Mi     madre    ha  decidido no vivir en salud ni en sanidad. Y a la vez, no quiere que se le diga nada, que se le corrija su conducta, ni que nadie le hable en exceso. Silencio letal.
Os confieso, amig@s, que duele mucho verla en ese estado y actitud. Yo soy la vida, y élla, no sé muy cómo decirlo. Mi madre está triste y llora por adentro, y no quiere salir a pasear todos los días un rato, y nunca admite ni digiere el paso del tiempo. Sí. A mi madre le jode perder sus facultades. Iterpreta el declive inevitable de su senectud, como una suerte    de    castigo injusto, lo cual le desencadena la rabia contra todo y contra todos.
Ya le puedes decir las cosas, que ni caso que te hace. Se ha empeñado en que ha de tener siempre veinticinco años, y de ahí no la saca nadie. Y temo, que su salud mental    se    vaya deteriorando a una velocidad excesiva. Mi madre, en efecto, es mi pena.
No sabe envejecer, no le da la gana coger un bastón para descargar    de    peso      sus   articulaciones, pasa de todo y de todos, y la vida es en su cabeza un sarcasmo con broma adicionada.
Todo lo exterior, le condiciona y le da inquietud y malestar. Mi madre  frágil, recibe ahora el caudal de la desilusión y de la no deseada dependencia de los otros.
Porque, la señora Carmen, sigue mandona hasta la tumba. Nadie ha de marcarle los horarios, ni siquiera por su bien. Ella quiere ser independiente, y seguir y tirar por la calle de en medio, y a la desesperada imaginar que no le pasa nada excesivamente irremediable. Y     decide  construírse un mundo errado, y  a la vez extrañamente personal. Un mundo maléfico.
Me da coraje su vida y su conducta. Su familia, ha mucho que pasa de ella, porque no tienen vergüenza y porque es su libertad. Yo, cuando la veo como muriendo en vida y metida en su película inane, sigo pensando que yo no quiero ser un viejo como ella. No. En absoluto.
Yo quiero ser un viejo real. Un viejo vivo y con retos. Un abuelo con ilusiones y esperanzas. Un anciano, rodeado de gente que me quiera y con presencia de afecto. No, madre.   Siento discrepar contigo. Tú y yo, siempre seremos muy pero que muy distintos.
-NO HAY MÁS REMEDIO-

2 comentarios:

Querido maguito... por fin veo su carita...y me da mucha ternura....

No te enfades demasiado con ella...es dura la vejez...y seguro que ha pasado demasiadas cosas en su vida y ha dicho que hasta aqui hemos llegado.. "ahora hago de mi vida lo que quiero"... y tu solo puedes estar ahí.. a su lado..queriéndola.. ayudándola..

Mi madre también se niega a aceptar muchas cosas.. mirarse en un espejo...o mirar una foto actual...no quiere ... como nadie queremos vernos decaer con el tiempo... y yo cuando me pregunta si esta muy vieja le digo..Mami ya quisiera estar yo como tu.. si estas con menos arrugas.. bla bla bla y se va tan contenta...que haremos nosotros?..

En privado te diré otra cosa.... preparate.

Besines para la mami...y para ti hoy ninguno.

dulce

Querida Dulce, acepto con agrado tus no besos de hoy, porque sé que no hay nadie que me quiere en este mundo virtual más que tú.
Y prometo estar bien atento a tu mensaje privado.
Y mil gracias por participar en mi modesto blog, amiga.
Requetemuakss del Mago, bonica!

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