Mientras veía a través de la televisión la ceremonia de los cinematográficos premios Goya, que son los galardones del cine español, observé en mí algunas reflexiones. Os las haré saber.Resulta ser, que el premio a la mejor actriz del cine español recayó en una tal Nora Navas. Y que la película ganadora se llama "Pa negre", pan negro en castellano.
Y entonces dijeron que dicha película la habían visto doscientas mil personas en nuestro país. Fijaos. La mejor película española, había sido vista únicamente por doscientas mil personas.
De repente, me vino la idea de la televisión. ¿Quién sería Nora Navas?, ¿quién sabe de "Pa Negre"?, ¿o quién es el director de la película ganadora?, ¿o quiénes son algunos actores y actrices que fueron obteniendo los galardones en diferentes categorías? Sí. La tele. La televisión. Todos sabemos quién es Anne Igartiburu, o Belén Esteban, o Ana Rosa Quintana, o tantos y tantos personajes.
Una de las conclusiones, parece bien clara. No se promociona debidamente el cine español. Nos importa muy poco nuestro cine español. Nos gustan poco las películas de bajo presupuesto, al entender que serán más malas por ello.
Tenemos los españoles una visión muy comercial y americana de la idea de cine. Queremos acción y tiros. Y no tenemos ese resorte o impacto publicitario, el cual hace que conozcamos mucho más a las actrices y actores y directores hollywoodenses, desde la idea de que son mejores y más brillantes. Y eso es totalmente incierto.
Porque nuestro cine es muy bueno, y nuestras actrices y actores son excelentes. Pero es evidente que no se conecta con la sociedad española todo lo que se debería conectar.
Nuestro cine no suele ser fácil, ni comodón, ni de palomitas. Es un cine valiente y comprometido, que se implica en temas espinosos y duros. Es un cine de sentimientos y que vale la pena, pero hay que esforzarse en hacer una proyección y pedagogía de la calidad de nuestro cine.
Y no digamos, la desventaja en dólares y en cantidad de films, de nuestro cine y del cine europeo, frente a la potente máquina e industria yankee. La desventaja, es brutal.
Y ese cine español, lamentablemente minoritario y sin ganas de ser promocionado para que podamos conocer mejores a sus protagonistas y trabajos, es a menudo triturado en picadoras de carne ideológicas, bastante cercanas a la derecha política de este país nuestro. Llamado España.
En cambio, la tele. Sabemos mucho de la tele y de Estados Unidos, sabemos quién es Coto Matamoros, o Arnold Swarzeneger o Kate Winslet. Todo es una cuestión de apuestas y elección.
- ¡VIVA EL CINE ESPAÑOL! -
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