Ahí están. Les puedo ver. Están en medio del sufrimiento y de la menoridad. Al margen de toda consideración y alegría. A veces me pregunto el porqué de los sufrimientos propios y ajenos. En realidad, seguramente porque la primavera es muy caprichosa, y le toca la fibra al aspirante a poeta que dicen que apunto. Sí. Están ahí. Sufriendo. Como perros. Y en realidad hay un gran componente de azar en su fatalismo. Los seres menores solo necesitan apoyo y besos. No hay que ir a buscarlos al Alto Volta o a Burundi. No. Están aquí. También muchos de nosotros somos seres menores. E incluso somos seres menores, en la medida en que consentimos con nuestra actitud que existan entre nosotros los seres con dificultades. Nunca olvidemos, que nosotros, más pronto que tarde, también seremos seres menores. Porque nos haremos mayores, ralentizaremos nuestros movimientos y nuestros pensamientos, y buscaremos en ese momento y casi desesperada y necesariamente, un brazo fuerte que nos ayude. Cojos,mancos, idos, dementes, tullidos, ciegos, deformes, mudos, deficientes mentales,crónicos, y con mil carencias. A veces, uno se siente tentando de preguntarse el porqué. El porqué del sufrimiento y del dolor. Al lado de gente feliz y rica, coexiste la gente enferma y pobre. Cerca de gente buena de corazón, acecha la gente delictiva de los malos sentimientos. Estados Unidos de América está muy cerca de Haití. Enfrente de mi casa, vive gente que subsiste de la mendicidad. En un chat que frecuento hay gente que me aprecia, y algún que otro broncas, que solo entra a incordiar. Todo son contrastes y desequilibrios. Más allá del irregular y lamentable desarrollo y subdesarrollo entre el cual el mundo se mueve, hay más realidades. Sobre todo, realidades. E inevitablemente, tiendes a comparar. Mas la realidad es tozuda. La gran selva humana es diversa. Solo sobreviven los que sufren mejor y con más pericia. Los que sufren a lo loco, sin ayudas, los que no pueden más, se van al carajo de la derrota y de la muerte. Sí. Yo veo muchas cosas que tienen que ver con el azar. Nada tiene arneses de seguridad. Siempre hay fracturas o fisuras inesperadas. Desgraciada o realmente, hay que contar con todo esto, como parte de las reglas del juego del vivir. A veces el sufrimiento se antoja peor que la muerte. Absolutamente todo está en el aire, incluso en los días de alegría y de euforia. Las cosas son así. No tienen remedio. Los seres mayores y los seres menores, forman parte de la diversa e imparable realidad visible y cotidiana. Nuestro mundo y nuestra condición tienen estas cosas. -A VECES ME GUSTARÍA UN BESO-
2 comentarios:
Venga ese beso, Mago: MUASSSSSSSSSSSSSSS
Pero mis besos son mágicos, aunque los tuyos excelsos,HONEY!
Slurrpssss, que diría euterpe,hala!
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