domingo, 24 de febrero de 2013

- SÍNTOMAS EN MI DIARIO -



He comenzado a no encontrarme bien. Eso que te notas raro, y que te das cuenta de que te has resfriado, y quizás algo más.
En mi proceso de crecer, en los primeros pasos de adulto, hay cosas que se mueven. Ayer, estaba asustado. Los cuidados de mi madre son la prioridad. Por tanto, ¿qué iba a pasar con esta bola de pensamientos negativos que me venían a la cabeza? Demudado, no lograba conciliar el sueño. No se trataba de llamar a los otros para que me dijeran lo que tenía que hacer. Y, de repente, José Vicente ha seguido creciendo. ¡El Ambulatorio público  de Joan Lloréns! ...
Aunque he tomado un paracetamol a las cuatro de la mañana, hoy me he despertado mal y con dificultades para tragar. Pero un José Vicente sólido y decidido, ha logrado llegar a conclusiones.
Fuera los miedos o las elucubraciones. El que sabe de ésto, es un médico. Y sin pensármelo dos veces, a pesar del frío que hace hoy en mi Valencia, me he vestido y me he presentado en un periquete en el ambulatorio antes citado. ¡Enhorabuena, muchacho!
Allí, amablemente, un médico me ha atendido y me ha diagnosticado una faringitis aguda. Y me ha dado unos sobres de ibuprofeno, me ha indicado que podía intercalar paracetamol entre los tiempos de ingesta de dichos sobres, me ha orientado con elementos ayudadores a tomar y acerca de la conveniencia de tomar comidas ligeras y tratar de no ingerir por ahora dieta copiosa o farragosa, y me ha animado a que si dentro de unos días los síntomas de la faringitis no remiten, que vaya entonces a mi médico de cabecera. Le he dado la mano al amable doctor, y he vuelto  a casa. Aquí ando escribiendo lo que ahora podéis leer.
Sí. La independencia y la autoayuda. Me embargan la paz y la alegría. He logrado ser reactivo y consecuente. Se me han ido todos los miedos para los apoyos y las dependencias. He salido de mí y para mí. Y no me hace falta que llame a nadie para darles la paliza y que no me digan qué debo hacer. He logrado dejar el lamento, y salir rumbo a mi vida sin ambages y con responsabilidad. Estoy realmente satisfecho.
Ya sé que puede ser una anécdota y hasta menoridad en mi diario de mi bitácora personal. Pero, no lo es. Quien me conoce de veras, sabe que estoy consiguiendo cosas que parecerían imposibles en mí. Están llegando mis buenas noticias. Se concretan y se hacen evidentes y demostrables.
Os aseguro, que ahora, cual placebo eufórico, nada me molesta ni me produce dolor. He sido capaz de afrontar mis propios problemas con el sentido común de un ser humano que se quiere más, mucho más que antaño. He tomado y afrontado mi salud, la he abordado, he decidido cuidarme más y ser más sincero y auténtico conmigo mismo.
Quería destacar este síntoma. El progreso constante en mí. Es bonito ser mayor y tomar tus propias decisiones. Creo en mí. Creo en lo que escribo, creo que mi futuro se hace presente de indicativo, y me importa relativamente la faringitis incipiente, y mucho más mi capacidad de plenitud y de concreción.
Y ahora, os dejo por hoy. Voy a tomarme los medicamentos, y a cuidar a mi madre tesoro y maravillosa. Y le pondré cara de enfermo nada victimero, y la daré todo lo que tengo de mí. Y casi no se dará cuenta de los cambios.
Pero yo, sí. Me doy cuenta. He hecho exactamente lo que debía hacer y hacerme. Tomar conciencia de mí. Mirarme más, crecer más, ganarme mi propio respeto, y acompañar abrigado a mi salud personal. Solo quería que lo supieráis.
- ¿DE ACUERDO, AMIG@S? -

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