Real Madrid y FC Barcelona. Ya es su semana mutua y previa. El día 23 deben de hacer un hueco en su agenda. El próximo domingo se llamará fútbol. El "Madison Square" Bernabéu, pondrá la alfombra roja para que suban a su ring mundial los dos grandes colosos españoles.
Pipas, regaliz, palomitas, cervezas, bocatas y estruendo. Banderas blancas y azulgranas a los cuatro vientos. Vuelve la tradición del fútbol. Olvídense de las responsabilidades inmediatas y sumérjanse en este disney del balón redondo y profesional. El fútbol vestirá de frac y se pondrá sus mejores galas. Hay mucho más en juego que media Liga o tres puntos más o menos. Es el gran duelo al sol de los orgullos y de los prestigios. La calle de en medio.
El partido será un gran banderazo. El día 23 empieza todo. Es la línea de salida y la flecha de los vientos. La gran dirección hacia la victoria o al fracaso. Habrá respeto y poderío. Será de todo menos un partido más. Es, el Partido. Con mayúsculas. El gran Boca-River europeo. El partido que se verá en todas las naciones y continentes. El partido de todos los amigos del fútbol. Toda una enorme caldera de pasiones y fulgor. Cristiano contra Leo. ¿Alguien da más? ...
Este nuevo "partido del siglo", tiene la característica de que marcará un antes y un después psicológico en esta temporada que ya va llegando suavemente hasta sus postreros partidos. Por eso todo olerá a lona de ring. A, k.o. A golpe definitivo que irá más allá del resultado final. Porque tras el choque habrá secuelas y un gran shock post traumático. Quien gane de los dos, crecerá mucho más en sí mismo. Y quien pierda, empezará mentalmente a pensar que deberá asumir su definitiva derrota. El que pierda andará sonado para la Liga, para la Champions, y quién sabe si para la nueva cita mundial entre sí y en el Estadio ahora fallero de Mestalla, allá para la Final de Copa en Abril. Toda una vendetta puntual ...
Por eso les conviene a los bombarderos que dirige en el campo Cristiano Ronaldo que sus misiles no encuentren toda la respuesta en Víctor Valdés, y tratarán de recuperar a su tocado e imprescindible Benzema. Le necesitan.
Y el Barcelona le buscará el cloroformo al séptimo de caballería blanco, intentando que haya paz en la pradera y que no sobrevenga el gran correcalles abierto y salvaje. El Barça querrá sobar el balón y hacerle diabluras y llaves al tiempo del juego. Los azulgranas sacarán la batuta de dirección y el talento en el cerebro. Buscarán siempre la manija y el bastón de mando, en espera de que el as Leo Messi destroce los silencios y altere las muecas y hasta las sillas. Messi será la bala y el objeto de deseo de muchísimas miradas que anhelarán su genialidad y su dinamita. Todo puede depender de él y de su actitud.
El Real sacará todos los músculos de su solidez, mostrando un blindaje de hierro atrás. Hará todo lo posible para que su fuerza aplaste a los locos bajitos como Xavi o Iniesta. El partido necesitará fondismo y resistencia. El palizón que se van a meter los dos entre pecho y espalda va a ser tan necesario como esperado.
Serán noventa internacionales y mediáticos minutos de evasión y de importancia. Jugarán a meterse goles y a herirse mentalmente. Cuestión de mollera mental, como hacen esos grandes tenistas que logran cerrar los sets y los partidos.
Será todo muy difícil para todos. Y también será muy social, y muy de la gente, y en países subdesarrollados se harán treguas entre las guerras olvidadas. Porque el fútbol tendrá esa mundialidad incontenible y sexy. ¡Oh, yes!
¡QUE GANE EL MEJOR!
0 comentarios:
Publicar un comentario