Partidazo en el Santiago Bernabéu. Los más exigentes andarán satisfechos. Valió la pena ir al campo o verles por la televisión. Siguen siendo los grandes colosos españoles del fútbol y de la rivalidad.
Destaca la traca de goles. Significa que ayer hicieron agua las dos defensas, y que esas facilidades no las perdonan los grandes bombarderos y talentosos cracks.
El partido empezó fetén para el Barcelona. Porque muy pronto, el gran Messi le envió un pase de as al mito Iniesta, y el zurdazo de éste último rompió las redes de Diego López.
Pero el Madrid no se rinde. Benzema se había recuperado bien de la lesión y aprovechó alguna debilidad de Valdés y un control majestuoso admirado por una endeble zaga, para darle la vuelta al marcador él solito: 1-2. Y antes del descanso Messi hizo otra diablura de las suyas y todos al vestuario. Gol, y ¡2-2! ...
La cosa se puso mejor para el Madrid cuando el árbitro Undiano le obsequió un penalty inexistente a Cristiano que fue el 3-2. Nuevamente, todo a favor de los blancos ...
Mas ayer el Barça se jugaba la Liga. Muchísima Liga. Y a pesar de los titubeos de Neymar, los de Martino no le dijeron que no al choque y se fueron a la pelea y al dominio del cuero en espera de resultados y opciones. Tuvo mucha dignidad. Y Messi se sacó un pase maravilloso a Neymar , el cual fue derribado. Nuevo gol de penalty de Messi. Empate a 3. Y más adelante, otro penalty señalado por un mediocrón colegiado, permitió que Messi pusiera patas arriba y el silencio en el gran estadio madrileño: ¡3-4!
Una de las claves fue sin duda la expulsión de Sergio Ramos en el penalty sobre Neymar. El Real se quedó sin su jugador insignia y más importante, sin su candado y capitán, el hombre más regular atrás de los de Carlo Ancelotti. Y el Madrid lo pagó bien caro. Porque la grandeza de los blancos se fundamenta en la seguridad de su zaga, y luego pasa por Modric para Benzema y un ayer Cristiano desaparecido en combate y casi abúlico. Decepción.
Otra de las claves, fue el partido sensacional y el recital de Andrés Iniesta. Y cuando el bajito se luce, el Barcelona crece y crece hasta extremos casi inauditos. Al igual que un Alves sensacional, Messi hizo con el balón y con su anarquía sobre el terreno de juego exactamente lo que le dió la gana. Asistir y fusilar. Goles y peligro de guerra, sangre y alegría. Sin hacer el mejor partido de su vida, Leo se hinchó a efectividad y a protagonismo. Volvió a tumbar a sus rivales y al propio Real Madrid en su casa.
Porque la segunda parte de los de Martino, fue exquisita. Toques, tiki-taka, calidad, talento, profundidad y también pegada. El Barcelona jugó un partidazo soberbio empezando por sus estrellas más rutilantes. Y ayer el bombardero no fue el Real. El gran pegador fue todo el bloque ordenado e hilvanado de Can Barça. Éxito del "Tata". Indiscutible.
El FC Barcelona parece que sigue vivo en todo. Vuelve a contar para todos los éxitos a pesar de su defensa menor, pero lo suple con unos recursos de auténtico lujo. Volvió la sonrisa y la alegría al juego catalán. Que nadie se apreste a enterrarles o a cambiarles el ciclo. Porque al final del nuevo partido del siglo, el silencio absoluto se imponía arrollando todas las confianzas y las euforias. Quizás el Madrid se sintió poseedor de la Liga española antes de hora. No cerró el set.
Como el Atlético de Simeone sigue ganando, la competición regular de nuestro país cobra un atractivo nuevo y especial. Están los tres de arriba casi empatados. Todos en grupo y sin distancias. Y es lo mejor que nos puede pasar. Que cada jornada sea un acicate y no una mera hipocresía por la que haya que transitar. Buena cosa.
Exitazo pues del FC Barcelona de nuevo en el Bernabéu, y la rivalidad se encona y crece. No se sabe quién es el mejor. Y por eso la competición sigue viva y coleando. El aficionado puede seguir frotándose las manos. A partir de ahora, cada partido será realmente una final. Todos deberán estar más atentos que nunca.
¡ Y ENHORABUENA AL FC BARCELONA !
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