Ya lo tenéis ahí en el gran foco mediático. La idea o el recuerdo de Zapatero y su liderazgo, se irá diluyendo, anodina y huerta en el tiempo.
Ahora, y en el Partido Socialista,- y con dedazo o sin dedazo-, el que lidera el partido, no es otro que Alfredo Pérez Rubalcaba. Todos los ojos están inevitablmente, puestos en él.
¿Quién será Rubalcaba?, ¿cómo se las gastará Rubalcaba?, ¿cómo manejará el timón de su consenso interno?, ¿tendrá capacidad de liderazgo?, ¿estará a la altura política que los socialistas desean?, ¿se meterá en charcos?, ¿no se meterá en líos?... Son, mil preguntas inevitables y en al aire.
Sabemos por ahora bien poco de Rubalcaba. Por el momento, Rubalcaba lo que hace es contenerse y tratar de asumir que le llega una enorme y colosal responsabilidad. Pero, de momento, va demostrando practicidad y empaque. Son bien pocas las voces que se dirigen en su contra dentro de su partido. Y, éso, es sin duda buena cosa.
Rubalcaba tiene pinta de estar bien metido en el meollo, y en las trastiendas políticas. Sí. Rubalcaba llega, te mira como queriendo hacerse explicar, y dándole lógica escénica y conductual a lo que hace, y en cuanto puede pasa página. Es habilidoso, escurridizo, sabe torear a lo mediático, tiene preparados los temas, y sigue su camino, dejando la sensación de laboriosidad en su derredor. Parece siempre ocupado, veloz, y responsable. No tiene pinta de ser un desahogado, ni un "viva la virgen". Entre otras cosas, porque esto ultimo, no le conviene.
La imagen de Rubalcaba, no es la mejor. No sabe sonreír bien, como sí lo haría un peso pesado político, no te mira largamente sino más bien con directa intensidad, y utiliza frente a las críticas del PP, una cierta ironía incisiva. Y corta, y se va. A otra cosa.
¿Liderazgo, Rubalcaba? No tiene carisma para tener dicha exhuberancia, pero está curtido en mil batallas. Lo que no es, Rubalcaba, es un niño o un emocional. Se las sabe todas.
Lo que sucede, es que Rajoy tampoco es un líder ortodoxo, sino que aparece más como un pacificador, o como un silente estratega de la nada, que gana muchos votos desde su silencio. El cuestionable liderazgo de Rajoy, se diluye entre un partido con éxitos electorales y con un mutismo eficaz y práctico.
Volviendo a Rubalcaba. Ahora va a tener que salir ahí afuera, y a toda velocidad "sprinter", intentar que el partido deje de estar hecho unos zorros, y que coja la musculatura habitual del partido colíder en España. No le será fácil a Rubalcaba. Por éso, estará bien el observar sus movimientos en las próximas semanas o meses. Habrá que ver cómo le sienta la puesta de largo, en medio de la carne caliente de la confrontación política inevitable. Duro reto.
- ¿SALDRÁ AIROSO Y FELIZ? -
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