viernes, 3 de junio de 2011

- SE FUE MANOLO OTERO -



Nos acaba de dejar a la precoz edad de sesenta y dos años, el actor Manolo Otero. Descanse en paz.
Para la gente que no es de mi generación, quizás sorprenda lo que voy a escribir. Pero habéis de comprender, que el contexto en el que se desarrolló la subida al éxito de este país del citado Manolo Otero, era diametralmente distinto al actual. Nada que ver.
El franquismo, agonizaba. Pero la libertad, aún tardaría en estar con nosostr@s. Y de repente, como esa inusual magia, y de entre una de las radionovelas de la radio española que se llamaba "Lucecita", y en la que la protagonista se llamaba Carmen Hernández, -que por cierto y en pleno éxito y proyección decidió alejarse de este mundillo-, el galán de la citada novela radiofónica "Lucecita", Manolo Otero, sorprendió con una voz varonil,tremendamente seductora, y llena de matices.
Sí. Manolo Otero surgió al estrellato desde su voz de galán de noche, y desde las siempre  enigmáticas ondas hertzianas. Y desde su voz inconfundible, se proyectó su rostro hermoso y su mirada directa a la par que tierna, y las mujeres españolas empezaron a dejarse llevar por su encanto evidente. Por su guapura y seducción casi juvenil, pero viril y potente.
Sí. España se movía. Cambiaba. Manolo Otero fue uno de los primeros "buenorros" del  panorama artístico. Un sex symbol, un pionero en esto de la loa consensuada socialmente hacia la belleza de un varón.
Porque, hasta entonces, los hombres podíamos ser guapos y apuestos, pero jamás bellísimos, sensuales o seductores. Y las mujeres, reinvindicaron su derecho a mostrar a las claras  su deseo. Se sentían, enamoradas y seducidas por un hombre. Por un galán español.       Se    acababa la idea de que solo una mujer y bella, podía, con ese bagaje, llegar bien arriba.
Manolo Otero se rodeó de mujeres bellas, se casó con la deliciosa María José Cantudo, y tuvo romances con decenas de chicas y bien atractivas.
Otero llegó a ser cantante. "Cantante", solo recitando canciones embriagadoras y de    amor romántico. Era, su voz pegada a su belleza seductora. "Te deseo, te amo, quiero que estés aquí conmigo, solo deseo verte...", eran palabras que un varón ya podía soltar y ser aceptado por el consenso de aquel tiempo. El guapo Otero, abría el camino aparentemente inédito.
Pasó el tiempo, y con él toda su estética del recuerdo de la pasión. El boom Otero, el bombón seductor, entraba en arrugas, y su voz ya no enamoraba tanto y se perdía entre la anodina repetición. Su voz, empezó  a alejarse de los teatros, escenarios, micrófonos y pantallas  de la tele. El gran "buenorro", pasaba al olvido, y con él, su cara guapa y asombrosamente audaz. España, avanzaba hacia la liberación de su deseo femenino a través de él.     Ser     guapo,  empezaba a estar bien dicho y aceptado.
-MASCULINA SEDUCCIÓN-

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