viernes, 3 de junio de 2011

- PERLITA VALDÉS -



De Jaén. Perlita Valdés. Todo cuanto hizo en su vida, fue siempre al revés. No acertó jamás. Todo fue al contrario. Y ya de pequeña se le atragantó el inglés. Y, a pesar, de que su profesor todo le enseñó, Perlita Valdés se mantuvo firme en su ineptitud. Solo sabe el yes, okey  y veriwell.
Perlita Valdés. Ya de jovencita, todo un bellezón. Mas ella siempre lo negó, a pesar de que ni el más mínimo varón se resistió a sus pies. Siempre, la Valdés, le quitó valía a la belleza de su ser. Quería ser una más. Y con un explosivo cuerpo, no se puede ser. Y élla,   contumaz  ,  siempre lo negó. "Que soy una más, que soy una más. Y ya está"...
Perlita Valdés. Genio y figura. A los veinte años le llegó el amor. Mas no se enteró. Perlita no le creyó. Y solo pensó, que aquel apuesto varón hijo del dueño del gran olivar, solo la quería para en el suelo yacer. Y, le rechazó. Y se fue a enamorar de todo un figura. Casi ná. De un mozo más bien feo, de escasa estatura y de mal corazón.
Perlita Valdés. Siguió irresponsable y nada le importó. Se casó con él, nunca tuvo amor, le parió tres hijos y se separó. Un día, su feo, se fue a por tabaco y jamás regresó. Y la Valdés todo fue un lamento. Todo lo lloró. Pero ya era tarde por su miope visión. El mal ya estaba hecho. Y cuando Perlita pudo percatarse, se quedó con una mano detrás, otra delante, y tres nenes varones que dar de comer.
Perlita Valdés. A la casa de sus padres volvió toda derrotada y buscando el llanto. Se metió el orgullo en la saca del pan, y a sus padrecitos rogó e imploró. Hasta que lo consiguió. No cejó. A sus padres convenció de que no lo había hecho bien. Mas los padres de Perlita la tuvieron  compasión. La ayudaron. Ella, siempre agradeció. Buen corazón. Buenos padres. Buen Dios.
Perlita Valdés. Andaluza y de olivar. De rompe y rasga, se puso a cantar. Y, ¡cómo cantó! Con la boca abierta a todos dejó. Hasta que un terrateniente, la contrató. Para    una   gala   especial. Para triunfar y hacerse popular. Hasta global y mundial.
Pobre Perlita Valdés. Ni un solo segundo de su vida lo tuvo a favor. Pues cuando    iba    a  triunfar en la televisión, le comunicaron que a su terrateniente le había dado un infarto y que terminaba de fallecer. Un nuevo revés. Como el de Nadal. Para solo mirarlo y no poder responder.
Genio y figura, Perlita Valdés. Intentó reponerse y volvió a luchar. Con los hijos ya crecidos, volvió al olivar. Pero su amargura en el corazón, no pudo dejarla apenas pensar. Ni razonar. Y con malas compañías se hubo de juntar. Con la droga, el exceso y el alcohol. Hasta que muy joven,  murió. No supo vivir. Perlita Valdés.
-PENA, PENITA-

0 comentarios:

Publicar un comentario