Nos acaba de dejar. Uno de los escritores más extraordinarios de la Historia de nuestro país. Nada más y nada menos , que el gran maestro Miguel Delibes.
Vallisoletano, austero, serio y sin concesiones. Yo recuerdo las primeras veces que le leí. Fantástico. Aquello no podía ser. Empezabas a leer, y era alguien que te contaba las cosas con una facilidad y claridad expositiva que te alucinaba. ¡Cómo era posible que se pudieran decir cosas tan relevantes y magistrales con aquella sencillez! Pues así escribía el gran Delibes. No podía negar que era castellano viejo. Era calladote, pasaba desapercibido, no comprendía lo que era la floritura o el desborde del alarde orlado. Miguel Delibes se nos ha muerto, pero su escribir seguirá por siempre fresco y al alcance de cualquiera que dude de si la calidad está reñida con el no farragosismo.
Leías a Delibes y sencillamente, disfrutabas. Es que no se complicaba la vida al escribir. Parecería que cogía un papel y un boli y se ponía a describirte la realidad general y la realidad de sus personajes de sus escritos, como si le tuvieses allí bien cerca de tus oídos; como si estuviese presente y a tu lado. Esa sensación tenía yo: que a pesar de estar efectivamente leyéndole,fuese el propio Miguel, a través del sonido de su voz, el que me estuviese contando su libro,escrito, poesía o reflexión. Fascinante.
Recuerdo en cierta ocasión, cuando cogí un libro de la Biblioteca Municipal de la calle del Hospital de mi Valencia, y me puse a leerlo para hacer tiempo. Para que se hiciera la hora de ver a alguien , o de hacer no sé qué gestión. No. Comencé a leer una cosa que escribió cuando el maestro se embarca y se dirige a Nueva York. Y asombrado, vi una prosa perfecta y rigurosa, que con la aparente excusa de lo literario o de los libros escritos, "me" estaba haciendo un estudio magistral sobre la sociedad norteamericana, y reflexionando con una lucidez inaudita sobre la religiosidad estadounidense a través de sus distintos credos y sectas, explicando las claves y los porqués de dicha religiosidad yankee, pero con una sensación aparente de que solo quería pasar por su discurso sin sabihondear.
Coño. Había modestia de sabio en Miguel Delibes. Sí. Leer a Miguel Delibes es todo lo contrario a esforzarse desde un lenguaje pretencioso o fardón. No le hacía falta. Brotaba el agua de su mágica genialidad, con la frescura y naturalidad con que los grandes astros hacen fáciles los postulados complejos. Sencillamente, genial.
-RECUERDO IMBORRABLE-
4 comentarios:
se a marchado un maestro del poema,adios miguel delibes, desde Irun con cariño, susana
Bienvenida,Susana al apartado de comentarios de mi blog.En efecto, nos ha dejado todo un maestro.
Desde Valencia con cariño, y muchas gracias!
No me preguntaste quién era mi autor preferido, es, mejor dicho, era Delibes. Con él reí "El principe destronado", lloré "El camino", razoné "El hereje", admiré cómo se puso en la piel de una mujer "Cinco horas con Mario"...pero sobre todo, encontré un autor muy cercano a la naturaleza, al mundo rural, con quién poderme sentir identificada en su forma de vivir y sentir la vida. Besos Mago.Obexa
Tú lo has dicho,amiga Obexa.Natural es la palabra.Hombre que amaba la naturaleza, la tierra, lo rural, y desde una lucidez digna solo de los elegidos.Te hizo sentir con los libros el Maestro Delibes.A todos nos hizo sentir cosas muy parecidas,amiga.
Mil gracias,Obexa por tu comentario!
Besos mil!!
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