lunes, 26 de octubre de 2009

"CARTELERA TURIA DE VALENCIA" = "ÁGORA!

-CRÍTICA DEL REDACTOR Y CRÍTICO DE CINE= "VICENTE"-
Siempre me ha parecido lamentable el papel histórico que han jugado las religiones cuando han querido introducirse de forma obscena en la vida de las personas,sin respetar su libertad de opción,intromisión que ha llegado hasta límites deplorables cuando se han apoderado del poder civil o de amplias parcelas del mismo,hasta romper nuestros días,ya se trate de fundamentalistas católicos en sus diferentes versiones,musulmanes,judíos o de cualquier otra religión.Por ello me parece valiente la apuesta de Alejandro Amenábar,sobre todo por trabajar con un alto presupuesto (50 millones de euros, la película más cara de la Historia del Cine Español) sin renunciar al cine de autor y su intención de llegar al máximo de público posible al contarnos la bella -y trágica- historia de Hipatia,una astrónoma que vivió en la multicultural Alejandría del siglo IV de nuestra Era,donde convivían varias religiones que se respetaban,con un poder pagano,el de una Roma ya en plena decadencia.Es una época de grandes cambios,del paso de un Estado secular a otro teocrático.
Estamos muy lejos de los tiempos en que los primeros cristianos eran perseguidos por la Imperial Roma de Nerón y otros emperadores,cuya lucha han glosado como heróica muchos films de Hollywood,cuyo máximo exponente sería Quo Vadis? (Mervin Le Roy,1955). Ahora el cristianismo ya se ha introducido en las esferas del poder e intenta imponer una fanática interpretación de los mensajes de Jesucristo.Es el caldo de cultivo apropiado para que surjan los brujos y visionarios.El cabecilla incluso será elevado a los altares como santo después de la muerte.Se trata de eliminar las otras creencias religiosas.Para ello es necesario acabar con cualquier tipo de racionalidad.El pensamiento, la ciencia y la reflexión chocan contra los que se creen poseedores de una única verdad.Los que dudan,los que incluso se cuestionan sus propias ideas,tienen las de perder en ese contexto. La historia que nos presenta Amenábar es un alegato contra la intolerancia,un canto a la fuerza del pensamiento,del humanismo y,además, intenta rescatar de la Historia,con mayúsculas,el papel jugado por muchas mujeres a lo largo de los siglos que fueron borradas de un plumazo por unos historiadores androcéntricos.
Al situar la historia en ese lejano período histórico,Amenábar ha apostado por una gran producción concebida a la antigua usanza,es decir,con el estilo del popular género peplum (mucho decorado y apenas efectos digitales),aunque tiene muy poco que ver con la mayoría de estos.Hay honrosas excepciones. Por citar solamente algún título,recordemos Cleopatra y Julio César, de Joseph L. Mankiewicz; Ben-Hur,de William Wyler;o de los denominados entonces países del Este,Polonia,Faraón de Jerzy Kawalerowicz,donde ya se denunciaba el papel jugado por la religión.La historia no se va por los cerros de Úbeda,intenta en todo momento contarnos la evolución del personaje de Hipatia,las diferentes opciones de sus antiguos alumnos en la Biblioteca y el auge del fanatismo religioso.Todo lo que nos cuenta está sucediendo en una pequeña ciudad a la que se aproxima a través de una cámara vía satélite (procedimiento que invita a la reflexión y el distanciamiento),en este caso Alejandría,aunque podría estar sucediendo actualmente en cualquier otra ciudad.
A la película se le puede reprochar que flojea en la trama de corte amoroso por culpa de algún actor que no acaba de dar la talla,sobre todo el Prefecto que encarna Oscar Isaac.Tampoco resulta convicente Rupert Evans en su papel de Obispo.El contraste es mayor cuando vemos al estupendo veterano Michael Lonsdale.Rachel Weisz encarna convicentemente a una frágil,y dura en sus convicciones,Hipatia,dispuesta a sacrificarse por defender sus ideas.Pero a pesar de esos titubeos,Ágora nos presenta una historia muy seria,nada evasiva,que va contracorriente del cine videoclipero y de acción irreflexivo que invade nuestras pantallas y que culmina con una bella escena de amor y muerte.El film molestará a los talibanes religiosos de cualquier signo. El Vaticano ya tiene puestas en alerta todas las antenas,mientras que será difícil que se vea en los países donde predomina el islamismo radical.Las lapidaciones de mujeres son un producto característico de ambas creencias.
-EXTRAÍDO DE LA CRÍTICA DE "VICENTE" DE LA CARTELERA TURIA DE VALENCIA-

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