martes, 2 de noviembre de 2010

- A VECES -

Permitidme. A veces, me gustaría ser negro. Nada de mulato, ni leches. No. Negro total. Pero un negro rico. Me gustaría ser negro de pasta y con capacidad para las artes escénicas. Porque mira que los blancos somos malajes. En realidad, los blancos no hemos hecho otra cosa desde que nacimos, que hacer el mal, la guerra, y quedarnos con las riquezas de todo quisque. Incluyendo las riquezas de los otros blancos, para así quedárnoslo todo. Que éso, viene a ser el club del capitalismo. Sí. El negro es otra cosa. El negro es un atleta maravilloso, canta y baila de cine, y suele poseer un apéndice sexual muy inalcanzable en competición para mi pálida raza. Eso es. En ocasiones me encantaría ser de ébano. Me da igual la nacionalidad, pero preferentemente negro americano del norte y actor. Actor de acción. Chico de película . Me gustaría ser un "Sargento Negro", o un Sidney Poitier, o un Denzell Washington. Y también, salir mucho en las series de humor de negros de élite, como Wilie Smith por ejemplo. Los negros son grandes atletas y tienen mucho carisma. Cuando un negro tiene ganas de ligar, no suele tener grandes dificultades. Toca jazz, o baila lo que sea, o saca a pasear sus deslumbrantes dientes blancos llenos de contraste, y en seguida suele hallar una cómplice sonrisa femenina. Y, cenan juntos. En cambio, los blancos solemos ser extremadamente patosos, y bailamos mal. Y en deporte en general, destacamos por ser estratégicos y ortodoxos. Pero los negros son elegantes y sin esfuerzo. Un negro es más rápido que un blanco. En los cien metros no tiene rival. Y no digamos en la resistencia de las carreras de fondo. En los marathones, los blancos solemos hacer el ridículo. Y lo mismo, en boxeo. Sí. Sé que tienen hambre, pero también una extraordinaria fortaleza. Y si te dan una buena mano, te aseguro que no lograrás levantarte. Los negros llevan la fuerza y la elasticidad en el gen. ¿He de hablar de la NBA?... Los blancos estamos refinados y acomodados. Nos hemos vuelto señoritos, pijos y prepotentes. Absurdamente, dado que venimos de Kenya. Pero nos creemos superiores. Y nada más lejos de la realidad. En mi opinión, Michael Jakson se equivocó. Quería ser blanco. Exactamente al revés que yo. Me iría a una playa, y me pondría del todo moreno y sin ropas que lo impidieran. Como uno que yo me sé. Y a continuación, llamaría al mejor médico de la piel, para que a través de injertos y sabidurías, me fuera haciendo poco a poco de la piel de los hombres de Africa. Bien subsahariano y guapo. Y, además, ahora siendo negro, hasta podría ser el presidente de todos los EEUU, a pesar de esos republicanos del té, que tratan a dos años vista de quitárselo de encima, por racistas, conservadores, y tremendamente blancos y autoproteccionistamente miopes. Mas la triste verdad es que soy blanco y moriré blanco. Y os aseguro que no he envidiado al astronauta Armstrong cuando puso su pie en la Luna. -SOLO ERA BLANCO-

2 comentarios:

Mago, quizá los negros sean dignos de tu admiración no sólo por las dotes artísticas indudables que tienen, aunque te reto a que me nombres a un gran pintor de color, por ejemplo... Son dignos de admiración porque resisten siendo diferentes, que eso no se lo van a quitar nunca. Pero eso no nos hace malos a los blancos, ni peores, es tan absurdo afirmarlo como afirmar que la raza negra es inferior. A cada cual, lo suyo.

Tienes toda la razón, honey. Pero ten en cuenta que el texto esta escrito en clave de humor.

Esmuakss!

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