martes, 5 de enero de 2010

- OTRO REGISTRO -

Eurípides Galdón no sabía lo que era la informática.Y menos,el internet.Cuando le enseñaron tal materia,el hombre quedó atrapado entre el asombro y la satisfacción.Qué mundo tan curioso. Aquello estaba lleno de posibilidades.Qué lenguaje.Qué cosa más extraordinaria.Se sentía un hombre nuevo a sus treinta años. ¡Asombroso!

Más que pronto,Eurípides empezó a aprender toda la gama de posibilidades que aquel medio le ofrecía.Comenzó a chatear,a intercambiar correos electrónicos,a hacer mesenger,y de paso, a navegar por todas las webs habidas y por haber.Redes sociales,"novias" por doquier,amig@s, etc,etc,etc...

Y así durante cinco años consecutivos.Su mundo exterior;el de la realidad,comenzó a desaparecer.Perdió el contacto con todos sus amigos reales,y se distanció claramente de presencia y afecto de la totalidad de su familia. Su mundo se nucleaba en torno al ordenador.Salía a la calle lo menos posible.No le era necesario.Solo le importaba su nuevo descubrimiento virtual. Se sentía desnudo sin la pantalla informática.Le faltaba todo sin ella.

Afortunadamente para él,su conciencia le puso en guardia y le avisó.Es por eso por lo que de repente un día,al oír sonar insistentemente su móvil,decidió descolgarlo.Era Valeria Lechón.Ya casi Eurípides no la recordaba.Y eso que habían sido más que amigos otrora,y que tras la ruptura la relación había seguido marcada por el respeto y el buen talante.Decidieron quedar en un bar. Dicho y hecho.

Valeria miró a los ojos de Eurípides,pero este no la estaba mirando del todo.Y sin embargo el enfoque de los ojos del varón estaba orientado plenamente hacia ella.¿En qué estaría pensando?

-Déjalo,Eurípides.

-¿El internet,Valeria? Eso no puede ser...

-Puede ser,Eurípides.Vamos a intentarlo...¿probamos?

-¿Sabes,Valeria? Quizás tengas razón.

No fue nada fácil convencerle de que era un adicto a la irrealidad.Pero Valeria le tocaba , le besaba,le acariciaba,le orientaba,hacían el amor de nuevo,volvían a ser la pareja de antaño,ella le sacaba a cenar y tiraba de él,y le envolvía en dirección a un nuevo y remozado grupo real de gente de carne y de hueso.Hasta que Eurípides salió de la cueva psicológica de la adicción.Digirió que había fallado su oriente.

En ese momento,el hombre volvió a encerrarse en su habitación y puso el ordenador.Fue a la bandeja de entrada de su correo.Le aguardaban 2.736 correos nuevos.Pero no conocía a nadie. ¿Quiénes serían realmente aquellas personas?

Valeria entró en la habitación de Eurípides y cerró la puerta.Compartieron experiencias y rieron a carcajadas.Todo aquello virtual era mentira.Y además,Valeria llevaba un maravilloso liguero negro para ser descubierto.

-CASI COMO LA POSE DE PENÉLOPE CRUZ-

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