jueves, 29 de mayo de 2014

- CRISTIANO RONALDO EN ÉXTASIS DE TRIUNFADOR -



El atleta en su olimpo. En la cumbre y disfrutando de los triunfos y de sí mismo. Cristiano Ronaldo. Ídolo extrovertido y audaz, ambicioso y hambriento de mostrar esa felicidad que tiene adentro. Y tras ganar la Champions, y sus sueños, y todo lo posible, no puede evitar la euforia mágica de su pose feliz. ¡Toma! ...
Hombre en apogeo, ganador, muestra partes de su cuerpo. Se siente bello y muscularmente sólido, y entonces se suelta todas las trabas y se contiene solo lo necesario.
Éxtasis en Cristiano. Se quita la camiseta y haría muchas más audacias corporales si le dejaran. Saca sus músculos marcados y erectamente torneados en los gimnasios, y desde sus grandes facultades físicas se muestra exultante.
La felicidad summa del deportista. Del gladiador. El hedonista coronado encima de su corcel de oro. El varón eterno que asciende hacia la alegría y nos trata de decir que está en la cumbre. Y que ese cielo está lleno de color y de aventuras, de sorpresas y besos, de retos superados y de mil creatividades emotivas que han de venir.
No lo puede evitar. Ronaldo contrae su cuerpo, desnuda sus poderes, y canta y cuenta a su modo la dulce canción del placer. Sí. Se puede llegar arriba y bailar entre las maravillosas y coquetonas ninfas entregadas. Se puede ser galán y torero, y actor de cine, y héroe popular, y sexy man, y exhibicionista casi siempre juguetón y posible.
Son momentos especiales que solo viven las estrellas como él. Son tics de éxito. Convencimientos personales de que ya está todo ahí, de que ya ha llegado, de que alarga el brazo y alcanza el gusto, de que nadie le para ni le frena, de que marca un modelo y un estilo entre los suyos los jóvenes, que provoca envidias y muchos piropos, que se sabe grande y confiado, que chasquea sus dedos y aparecen mil chicas cañón y femeninas haciéndole la ola a su ego y a su fantasía alzada y contumazmente personal.
Aprieta duro. C. Ronaldo y la noche, se mueven. Como un animal liberado y sin miramientos excesivos. Como la atmósfera de un joven triunfador con cuerpo de Ferrari e ilusión de un niño consentido e inapelable. Como un rey o un príncipe. Como el gusto que te da el que ganes, el que te lleves el gato al agua, el que puedas poner poder en tí y transmitirlo, y que tu sonrisa logre volverse irrepetible y hasta polo de imán.
Símbolo de logro y hazaña. Ejemplo de dios terrenal que vive en el período deportivo en el que nunca te cansas; en donde no tienes porqué ponerte triste ni preocuparte prácticamente para nada.
Tiempo de vacaciones y yates, de supercoches, de locuras con novia de bandera, con todo su mundo tenido y para descubrir, para saber que el planeta es muy grande, e inacabable, y que se pueden confeccionar todos los óscars y todas las alfombras rojas para que las estrene y pise un as de un deporte mundial y tradicional. El deporte fútbol de todos que atrae a muchísim@s. Vida.
Ahí, en su estampa y en su foto, en su inmortalidad y en su atalaya de sus irrepetibles momentos, Cristiano se expande, se abre, se sale, se prepara, se mete, se ataca, se estruja y se propone. Y el mundo le mira casi embobado, comprendiendo que está más que feliz.
-DISFRUTANDO-

0 comentarios:

Publicar un comentario