El Psoe me recuerda al Barça. Llevan años con una dejadez descomunal y absurda, y ahora vienen los lloros y las derrotas. El Partido que lideró Felipe González o Zapatero, sigue perdiendo votantes y más votantes. Se le desertan, se decepcionan, se enfadan, y dimiten o votan a otras formaciones que puedan hacerles llegar alguna ilusión y quizás alguna esperanza.
En estas Elecciones Europeas 2014, se ha constatado el hecho de la gran decepción y del gran descrédito. Ha ganado el Partido Popular bien discretamente y perdiendo votantes, y a pesar del vendaval de su política antisocial.
¿Qué le pasa al Psoe? Es la pregunta que está en boca de todos pero que nadie es capaz de abordar estructuralmente. Porque el Poder suelta su bastón de mando y parece decidir casi todas las reglas del juego. La única verdad, es que hoy por hoy el pueblo español no se fía un euro del Psoe. No le ve útil ni capaz. Le parece igual el Psoe. Incluso una rémora condicionada para sus sueños.
Y eso no es el juego político. Aunque parezca que todo va siguiendo igual, la realidad se modifica permanentemente y hasta acorrala. Y además de un gran cagómetro, se tiene la fuerte sensación social de que el Partido ahora de Rubalcaba no tiene la suficiente preparación para acometer los múltiples problemas que plantea la cotidianeidad. No bastan las buenas palabras o las educadas sonrisas. Y la candidata, Elena Valenciano, es un ejemplo palmario. La chica de Rubalcaba no poseía ni la pegada ni el sexy político necesario.
El tremendo batacazo socialista, encabeza todos los planteamientos y da lugar a soluciones y pretensiones que arranquen desde ya y desde la acción inmediata. El Psoe no debe convertirse en un mero número 2 y pupas perdedor. Necesita despertarse el muy enfermito. Ha de hacer más caso a los médicos. Los de la realidad.
La política,-más allá de banqueros y neoliberales, de europeos extraños y de lejanías ciudadanas-, es impacto y sonrisa. Gancho y liderazgo. Y esta idea no se les mete a los chic@s del puño y la rosa en el disco duro. Les pasa algo.
La gente quiere a alguien que te haga mover de la silla. Que dé un golpetazo y te ponga en pie. Eso es la política. Obama engancha porque se muestra fuerte, libre y sonriente. Bailarín, guapo y líder. Pragmático y cuco, seguro y ceremonioso. Porque sabe conectar. Pero radio Psoe tiene mil interferencias y no se oye bien. Y le faltan pilas al transistor.
De ahí el refugio en el exitoso "Podemos" del joven y apuesto Pablo Iglesias, del seguimiento sufridor a la Izquierda Plural, o al colorista seductor partido Unidad y Progreso de Rosa Díez.
Eso es exactamente lo que le pasa al Psoe. Colorido y liderazgo. La gente quiere fiesta y no palabras. Acción y show. Por éso ganaban González y Zapatero. Porque estaban ahí. En el elogio y en el odio, pero estaban presentes en todas las oraciones.
Rubalcaba es un libro aburrido y avejentado que debe irse. El Psoe no solo debe pugnar por rehacer los estragos del Poder Financiero y de la Banca, sino rehacerse a sí mismo. Debe empezar la casa por sus cimientos. Y buscar a toda leche a alguien potente y con glamour. Alguien que te seduzca y que nunca te deje indiferente. Yo sigo pensando que ese alguien es la catalana Carme Chacón. Soy así de rebelde y de indignado.
-SIN SEDUCCiÓN LO VAN A PASAR MAL-
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