jueves, 17 de abril de 2014

- EL REAL CUMPLE EL GUIÓN Y LE GANA AL BARÇA LA COPA DEL REY -



Nada de sorpresas ni de cosas extrañas. Ganó el mejor. La solidaridad se impuso a la imaginación. La frescura, a la creatividad.
El Real Madrid puso cara de atleta valiente. En cambio, el Barcelona jugó a lomos de su seriedad y de su ausencia. Anodino, previsible y finalmente perdedor. Justo perdedor.
En Mestalla se puso todo lo que hay. En el tapete se vio la auténtica realidad. El Real sabe dominar las ausencias. Y el Barcelona se deprime en los vacíos. Se pone gris y extraño.
Ha sido un choque animoso y emocionante, pero bastante desigual. Lo que hace grande al fútbol y a las finales es la incertidumbre de la emoción y de la pasión acerca del qué podrá pasar. Por eso se llenó hasta la bandera el añejo Mestalla de mi Valencia. Porque al principio nunca sabes, y sin sueños estás perdido.
Los púgiles salieron a la lona con sus realidades entre las mochilas. La mirada de los blancos es la del guerrero audaz que se da a la batalla y que porfía entre el devenir y el anhelo.
Los de Martino salieron con defensa de mendigo y portero exótico. Cosa que aprovechó bien el zanquilargo Di María para estrenar el marcador previsible.
Ahí empezó la tontería y la impotencia azulgrana. Cositas inacabadas de Neymar, y estrategia consistente en los de Carlo Ancelotti, que fue otro ganador ayer.
En el bosque necesario que plantó el técnico madridista, el Barça solo debería encomendarse a las nostalgias.
Cristiano Ronaldo no podía jugar. Pero, Messi, no se sabe muy bien qué diantres estaba haciendo en el campo. Leo es una sombra negativa y hasta gandula del eléctrico as y número 1 que ya conocemos. No es él, no se puede confiar en él ahora, no mueve el trasero, no tiene ilusión, y es difícil saber en qué piensa. No compite ...
El joven Bartra distrajo algunas potentes realidades con el cabezazo inesperado del empate a uno. Todo un espejismo y una gran mentira. El galés y velocísimo Gareth Bale hizo un sprint atlético y sentenció la gran final española de la Copa del Rey de fútbol. Se acabó todo, a pesar del postrero tiro de Neymar al palo con toda la portería para él. Lamentos y habladurías de bar.
Fue un partido tenso y temeroso. Como lo es toda gran final. Pero el Barça siempre pareció en el suelo y sin capaz de levantarse en exceso. Depende tanto de Iniesta y de Messi, que cuando ambos cracks se capan, entonces todo lo demás se vuelve demasiado cómodo para su eterno y magno rival.
Paraguazos metafóricos le lloverán al "Tata". Parece amortizado y el gran chivo expiatorio. También Leo Messi se merece un broncazo a pesar de que la luz de la Liga sigue por ahí.
No tiene más el Barça y hay que asumir. El Real Madrid se limitó a hacer los deberes. Lo que le mandan. Lo que tiene que hacer para cerrar los partidos y para llevarse el orgullo del trofeo a sus centenarias vitrinas. ¡Alea jacta est! ...
Felicitar a la regularidad del Real de Carlo Ancelotti, que ya merecía un éxito tras una gran temporada. Han sido los mejores de la Copa de España, y su ejemplo se ha llamado en este torneo éxito total.
¡ENHORABUENA, CAMPEONES!

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