domingo, 31 de marzo de 2013

- CINE DE ALMODÓVAR: "LOS AMANTES VIAJEROS". -


Esta nueva comedia del simpar y oscarizado Pedro Almodóvar, es una película simpática, y a bordo de un avión de pasajeros con problemas de aterrizaje. Almodóvar se acuerda de su cuna. Al avión le pone "Península" como nombre comercial, y se deja llevar como siempre por su eterno y personal laberinto vital de pasiones.
Almodóvar, es así. Nadie puede negarle que ha marcado un sello extraño, propio y personal. Inhabitual. Su cine,-y esta película no podía ser una excepción,-está lleno de tabúes y de reivindicación de un mundo que existe. Su mundo, existe, está, puede alabarse o criticarse, pero a pocos deja indiferente. Su universo especial.
Este entrometido e inesperado director, coloca su foco en todo lo alto de un gran avión con problemas en donde casi todos están sedados, toda la crítica al momento actual de nuestro país, y prefiere meterle clave de humor y comedia. Los diálogos de los homosexuales azafatos de la aérea nave, son realmente divertidos y chispeantes.
Almodóvar despega con su avión cinematográfico, pero todo es un teatro de sentimientos y audacias entre sus personajes. Nada va a encajar. Pedro, ya se va a encargar de ponerlo todo patas arriba. El piloto es bísex, el copiloto también puede hacerse al placer, los azafatos sueltan toda su sexualidad, y algunos de sus personajes tienen vida, contradicción, inocencia, y todo el deseo para y por colmar.
El deseo. La pulsión sexual. La dureza de la realidad, vivida desde una atmósfera especial que nada rehuye pero que resiste. El mundo homo sigue ahí, y el deseo y el sexo pueden ser un gran motor para redimir y seguir. Todo el amor y el desorden, caben en esta película almodovoriana cien por cien.
Las grandes pasiones del director manchego. El canalla fino que sabe todo de aviones y de estafar, la musa de la transición que ahora explota toda su liberación sexual tras haber fracasado como actriz, la boba vidente que es inocente hasta que la pulsión de la carne se la come, los necesarios diálogos entre todos para que las cosas vayan tirando, o la falta de intimidad y el descaro como elementos de subversión y de rebeldía en un futuro que está siempre en el aire y como un avión con problemas para tomar tierra.
La suicida loca de amor y de todo, el galán capaz de mentir para amar, el mejicano   sin escrúpulos que termina enamorándose de la temible actriz madura y fracasada, y todo el alcohol y los estimulantes.
La raíz de pueblo, la azafata travesti, los novios jóvenes y bellos que se aman durmiendo, un Javier Cámara excelente en su papel de azafato, y hasta la novia del personaje de Willy Toledo que no quiere acabar igual que su antecesora.
Influencias, verdades y mentiras, palique y pueblo. La Mancha. El aeropuerto de la Mancha y los grandes despilfarros, las dificultades de ubicación para que el avión pueda aterrizar, la corrupción, las alusiones al poder y a la iglesia, y todo ese mundo y pulsión española en la que Almodóvar se siente él mismo.
No hay que analizar la película en clave habitual o lógica, porque el manchego director es otra cosa. Le aburren las cosas previstas y las expresiones que se sabe que van a venir. E inventa mundos aparentemente imposibles que andan bajo la guadaña de una preocupante realidad. Como el tren de aterrizaje de se metafórico avión "Peninsular".
"Los amantes viajeros", es puro teatro de ahora y con buen ritmo. No es lenta la película, y eso se agradece. Cuando te quieres dar cuenta, ya estás metido fácil en la red almodovariana.
Seguro que sus poderosos detractores aprovecharán para arrearle bien desde sus púlpitos del poder, pero éso ya se sabe. "Los amantes viajeros", no parece tener mayor ambición que el hecho de mostrar continuidad en el sello del cine peculiar de Pedro. Es una película más de la colección, en donde no faltan siquiera y en el inicio, el amor en la Tierra antes del despegue del avión entre Banderas y la Cruz. Guiño a Hollywood. O, que en medio del drama que puede ser trágico, los homosexuales azafatos hacen de chicas musicales que le dan alegría y ritmo a los pasajeros. La música inesperada y habitual de este director, tan nuestro y a la vez tan diferente a lo que esperaremos.
Almodóvar y más Almodóvar. Todo es almodovariano en esta fresca comedia en donde los actores son excelentes, y los diálogos más que simpáticos. Las raras películas del manchego director, tienen en este film la continuidad que siempre esperan sus admiradores. Polémico, audaz, sin miramientos en las palabras, haciendo de lo vulgar una forma expresiva, y buscando siempre el aterrizaje y cópula del amor intenso y pasional en toda su audacia.
-ENFANT TERRIBLE-

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