Ni se te ocurra el huir de tu voz. Te aseguro que es imposible. Te puedes hacer un daño absurdo si pretendes ocultarla. No se puede hacer.
Al revés y todo lo contrario. Tu voz es tuya. Eres tú. Y cuando hablas, cuando cantas, cuando te expresas hacia tí y hacia los otr@s, sale una magia que solo es pura, tuya y personal.
Frente a esa impostura de ocultar tus sentimientos y hacer ver que eres como un robot metálico y distante, está una verdad incontestable que jamás te va a poder mentir. Porque tu conciencia te pide a gritos que saques afuera lo más puro que llevas en tu interior.
Prueba a abrirte y a expresarte, y manda tu temor a la basura. Tú vas a ser el primero en agradecértelo a tí mism@. Y desde los sinceros poros de tu verdad, podrá fluír un poderoso manantial atractivo que te llevará a vivir tu plenitud, y que alejará los nubarrones de las gafas de tu niebla. Y entonces saldrá el sol. Tu sol ...
Cuando se abre el magma de tus sentimientos, entonces tus enemigos han bajado casi de repente a la segunda o tercera división de tu vida. Y en ese momento sonríes de verdad, y contagias tal sinceridad a todos aquellos que te rodean. Y de inmediato te preguntas casi divertido qué son las timideces que parecen amenazar infantilmente con embotar tu naturalidad, para llevarte a un mundo que ya puedes saber que es diferente y abierto.
Tu voz bien sabida de tu garganta es la conquista de tu real sinceridad. Has hablado y eres tú. Y en ese tú que se puede escuchar y percibir, está todo lo que necesitas para que una alegría interior te pueda decir que sí, y que ahí por ese sendero está el verdadero camino y sentido de tu vida.
No se puede esconder una voz. Si eres inteligente y aspiras a alguna felicidad, te darás cuenta de que ese sonido personal que te nace del manantial del alma, eres tú de niño. Y de grande, y de mayor, y de adolescente, y todas las buenas etapas de tu vida.
El rictus de tu caparazón se suavizará, y entonces tu mirada se tornará limpia y serena. Y harás amor y paz desde tí, y lograrás hacer cómplice de ese bienestar a quienes tengas a tu lado. Porque tu voz no es poderosa sino irreductible. Tu voz es esa fuerza incontenible que te dice que eres obediente y social, y que no se ha podido inventar otro truco para ser feliz y hacerte atractiv@ para quienes te rodean.
Tus ojos brillan cuando sacas la voz que no puedes ya esconder, y entonces sientes como una liberación, una independencia, un sentido vital, y la plena certeza de que vas bien.
Respira tu voz como en una naturalidad sosegada, tómate tu capacidad para armonizar y hacer liaçon. Une y únete desde tí mism@ a los demás. Lo tienes ahí en el centro de tu libertad. Enlázate con otras voces, con otros acentos, con otras diferencias, con otras diversidades, y nunca pienses que te va a atenazar el miedo. Nunca será así.
Porque cuando tu voz autocensuradaa y presa logra salir de tí, no puede ser más que tu caricia y tu saludo, tu roce y tu beso, tu verdad inocua y calurosa, y tu autenticidad que fluye como el nacimiento constante de tu yo.
Sácate de tí, de tu inmovilismo, de tus extraños y velados errores, abre las ventanas y las puertas, y airea. Deja que te noten, que te vean, que te sonrían, que te aplaudan en aceptación, y que tu eterno son personal sea un sonido familiar y agradable. Porque tú eres grato y hermos@, libre y deseoso, necesitado y capaz, vivo y soñador, irrepetible, único y siempre en acción. Porque cuando tu voz sale, tú eres mucho más feliz.
-Y LO SABES, TÍMID@-
0 comentarios:
Publicar un comentario