viernes, 16 de septiembre de 2011

- VESTIMENTA INFANTIL -



Andaba yo asomado a la ventana, cuando contemplé pensativo el trasiego de las niñas y niños, -algunos sin el acompañamiento de los padres-, camino de un colegio cercano. O menos cercano.
Me fijé en especial, en la forma de vestir de las niñas. Casi todas llevaban un minúsculo short. Y llegado a este punto, quiero aclarar que yo soy una persona nada      afín       al  discurso  cavernícola o puritano al uso. Pero, aún así, había algo en las nenas especialmente, que  me chirriaba.
Hoy, las veo pasar de nuevo. Son niñas y adolescentes. Vistiendo como si fueran mujeres. Y son niñas. Y sus madres y sus padres, consienten que vistan así camino del Centro Escolar. Parece que van a la playa ...
Sí. Quizás, aunque es muy discutible, podría entenderse esa desinhibición infantil,-que en el fondo es un jugar a la belleza-, si las chiquitas fuesen a la discoteca o a los paseos de ocio. Pero ahora, no. Ahora, iban al colegio. Iban a ser formadas. Y partían de casa, de la familia, con unos valores contrarios a los que escucharían en los centros docentes. ¡Que lío! ...
¿Por qué las niñas visten como mujeres sexys? Varias varias razones.      Una       mala    interpretación de la idea de libertad, una complicidad lamentable por parte de sus padres, una imposición clara de las dictaduras de la moda, y un claro deseo de parecerse a las demás chicas, por el riesgo de quedar excluídas de su pandilla de amigos.
El hedonismo. El machismo, y el gran valor social que se le da a la imagen. Las niñas no pueden aún pensar, y no saben lo que está pasando. Son las menos culpables de todo. Solo están jugando. En esa edad están.
Pero, bien de pequeñas, están siendo educadas en la idea de que hay que estar lo más guapas físicamente posible. Es evidente, que los padres no son tontos. La belleza es poder, y un gran activo femenino que abre puertas. Modelos, actrices, presentadoras de televisión, y mil campos, donde se demanda la mayor de las bellezas. Y las niñas, en el medio de la confusión social.
Es imposible pensar en la aparición en la tele, de una presentadora que no sea guapa. Y no digamos en la industria del cine.
Lo que pasa es, que el mundo, es otra cosa. No es un gran concurso de belleza, cuya ganadora tenga más cerca un puesto de trabajo o un éxito social. No. Ser guapo o guapa      es   una  anécdota. Algo anécdótico.
Estas niñas que veo por la mañana camino del cole, me preocupan. Porque les han mareado los valores reales y humanos. Cuando sean jovencitas, querrán ser aún más guapas. Y cuando otoñales, eternamente bellas. Y éso, es una patología social. Y de ahí el éxito de las clínicas estéticas y la mayoría de las veces, absurdas.
-PERO, ES LO QUE HAY-

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