Hace diez años. Nueva York. Horror. El Maligno ha mandado a algunos de sus sicarios fanáticos, pilotando aviones secuestrados y repletos de inocentes. La idea es ensartarlos contra el World Trade Center. Sobre las mismísimas y capitalistas Torres Gemelas. Sobre unos rascacielos llenos de gente, los cuales trabajan ya dentro de sus respectivas oficinas.
Satanás, sonríe. En efecto, el fuego ha roto todas las barreras de seguridad. El objetivo del Mal, está logrado. Los aviones destrozados, han tocado las vigas maestras de los grandes colosos. Nueva York está en la muerte. Las Torres, caen. La gente, se lanza al abismo desde las ventanas. Todo inútil.
La sangre, corre a borbotones por la ciudad. Ahora, el Infierno en vida se llama polvo y cascotes, que dominan el sitio. La muerte, es lo más probable. Los bomberos, voluntarios, o familiares de los heridos o muertos, caen como moscas. El ser humano, se convierte en una hormiga recién parida y llena de peligros. El Miedo, es el jefe de la gran urbe.
Inesperado. La gente, se hace sus necesidades encima. Los teléfonos móviles, ni van ni sirven para nada. Solo hay que esperar a que el Diablo aterrice y se vaya definiendo. Las mentes, sufren. Hay que tener la sesera más dura que los demás para poder sobrevivir entre los pedruscos que caen, el polvo que ciega, y la desesperación que campa desnuda por toda la ciudad. ¡¡ New York, oh, New York !!
El Demonio parece por fin replegarse. Estados Unidos solo puede pensar en el referente de Pearl Harbour. Y, ni éso. Todo es terror y pánico. Pánico mental y físico. El hombre es una piel demasiado frágil para tanta miseria. Nunca van pasando los días.
Pero finalmente, y aunque cueste aceptarlo, los días pasarán y se contabilizan tres mil muertos. Ha sido Al-Qaeda y el islamismo fanático. El Presidente Bush clama venganza. Los talibanes de Bin Ladden se van a enterar. Se carga las leyes, e invade el Irak. Después, bombardea fieramente a toda la sucia basura del Afganistán, mientras mete a los putos prisioneros sin justicia en Guantánamo. ¡Que se jodan!
Su sucesor, Obama, captura a Bin Ladden y lo entierra en el mar. Parece lograr que los terroristas vayan estando vencidos. Pero por otra parte, falta el dinero y la ilusión, y los yankees se van de Irak y del Afganistán. Hace tiempo que ha nacido la islamofobia. Aunque se habla de desmontar Guantánamo, la cárcel sigue ahí. Se sigue mirando con odio a Irán y al Pakistán.
Esta mañana, diez años después, Obama dice que América está más fuerte que antes. No se lo cree, ni él. China le está ganando la partida en economía, en su país sigue la enfermedad de la obsesión por el terrorismo, y está la crisis.
Ahora, es Dios quien se preocupa. Al Ser Bueno le sigue preocupando el maniqueísmo y la falta de reflexión. Se siguen buscando y hasta necesitando "enemigos". El odio, sigue.
-TODAVÍA NO HAN DIGERIDO LOS IMPACTOS-
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