martes, 27 de septiembre de 2011

- CARLOS SOBERA -



De sobra le conocéis. Es el rey de los concursos televisivos españoles donde hay dinero. "Don Millón". Sí. Un clásico de la televisión en España. Es un actor y comediante vasco. Es, Carlos Sobera.
Todavía le recordamos su arqueo de cejas en aquella casi mítica liturgia televisiva y de concurso, que se llamaba, "¿Quieres ser millonario?", creo que en Tele 5. Ha llovido muchísimo desde aquel programa que le dió un éxito rotundo en España, y ahora, bastantes      años  después, sigue triunfando plenamente en Antena 3, con su "Atrapa un millón".
El gran éxito de Sobera, es su simpatía y su capacidad para conectar con el español medio. Ahora, ya no llega solo a la cámara con la magia del arqueo de su ceja, sino    que     puede  traspasar la frialdad del cristal televisivo a través de su experiencia y tablas sobradas.
Carlos Sobera trata de que su juego de millones, sea mucho más que un programa de dinero. Sí. Sobera quiere conectar con la personalidad y la peculiaridad de cada concursante, y trata de ser su cómplice, hacerle sentir emociones en el plató, y hasta intentar hacer ver que él mismo concursa con ellos y se pone nervioso con ellas y ellos.
Sobera, es creíble. Sabe llegar. Gasta bromas a los concursantes, pero nunca tratará de ser un pesado. Carlos, les prueba, y en función de por dónde le salgan, o contínua o por ahí, o cambia el guión. Pero, siempre, sin que se note. Esa difícil naturalidad, que le proporciona   su condición de cómico.
Su éxito, es, que no parece envejecer mi quedarse obsoleto. Parece tener un pacto con el diablo del enganche con el espectador. Aparece en pantalla como familiar y conciliador, pero si ve que a sus concursantes les va la marcha y la picardía, entonces se vuelve más de Bilbao y audaz que nunca, y se adentra, y les pregunta cosas familiares e íntimas, como si fuese un amigo más de ell@s.
Lo de Sobera, tiene mérito. Su capacidad para permanecer y con éxito tantos años en la tele, no está al alcance de cualquiera. No ha de ser bueno que lo encansillen en papeles     de     repartidor de lotería o premios de televisión en metálico, pero a Carlos se le ve feliz haciendo lo que hace. Y, sarna con gusto, no pica.
Sí. A Carlos se le conoce mucho más como presentador de concursos televisivos, que como actor. Sin duda. Quizás sea injusto lo de la fama y tal. Pero la tele es un huracán de impacto inevitable. El cine español, tiene para muchos otra dimensión distinta y de viento menor. Y no digamos el teatro.
Quiero, desde aquí, felicitar a este personaje, y agradecerle que nos haya    hecho     pasar   momentos tan entretenidos. Ha sabido manejarse, sin perder en absoluto la dignidad de sus programas. Y, éso, se debe en buena parte a su personalidad.
¡ ZORIONAK/ FELICIDADES !

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