- PAKISTÁN Y SU POBREZA -

Ya. Sí. Es por la India. Por la India está Pakistán. Y hay un río sagrado que se llama el Ganges. Y hacía cerca de cien años que no llovía como lo ha hecho este año. Y se están muriendo, por el desborde de dicho río.

Se mueren. Se mueren a miles. El agua les invade a la quinta parte de su territorio. Están todos en el agua y a cuarenta grados al sol. Lo han perdido todo lo poco que tenían, y ahora están a punto de perder su primer y último valor como es la vida.

La ayuda humanitaria, no llega. Llega, a cuentagotas. Llega, a la desesperada y a golpe de imagen mediática. Mientras tanto, mueren y enferman, los niños, los ancianos, los adultos y todo cristo. Por cierto, que con esto de la ayuda humanitaria y de la solidaridad internacional, parece que las inundaciones aparecieron inoportunamente para quienes tienen el dinero. Y resulta que era, entre mil razones más, porque estaban de vacaciones los ricos. Y cuando los ricos se van de vacaciones, entonces todo es más complicado, y la solidaridad, el empeño y la ayuda, ceden bastante. Por éso, es conveniente recibir el desastre natural en meses que no sean Julio o Agosto. Mejor, en Noviembre por ejemplo, valga la ironía. Que no vale.

Sí. Centenares de personas, miles, enferman y se mueren en el desastre más absoluto. Se mueren de asco, y en medio del agua fétida y la hambruna. Se mueren como moscas, y sin solución de continuidad.

Parece, igualmente, que el Cambio Climático y sus efectos, aunque son nocivos para todos en general, para los países pobres dicho Cambio es todavía más preocupante porque son más vulnerables a todo. De modo que cuando nos cargamos el planeta, nos cargamos antes a los pobres que a los ricos. Darwinismo en estado puro. El mundo es una gran selva del sálvese quien pueda.

En cambio, en los países avanzados del Norte, en donde está el progreso y la modernidad, estas cosas no pasan tanto. Ni mucho menos. Al revés. Casi está descartado.

Por cierto, que yo estoy viendo gente pudrirse en el agua en el vulnerable Pakistán, que está por la India y el Ganges, y veo coches, y no falta un plato de comida en nuestras mesas, y hay sofás cómodos, y tenemos una televisión delante que hace noticias y fútbol, y tenemos grandes deportistas, y cohetes y satélites espaciales, e internet, y chateamos, y tenemos la Seguridad Social, y derechos, y el Estado del Bienestar, y seguramente esta tarde nos iremos al cine y éso, y quizás en el Norte de mi España alguna tormenta haga que algunos zapatos se mojen al introducirse sin querer en un distraído charco y por amor.

Cuando veo a la gente del Pakistán muriéndose como conejos, me da vergüenza pertencer a la raza humana, y a unas reglas del juego mundiales, las cuales nos sitúan en contextos tan chirriantes como injustos.

Pakistán está por la India y tal. Por Asia y éso...

- ¡QUÉ PENA! -

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