jueves, 19 de diciembre de 2019

¡QUÉ POCO SE HABLA DEL GRAN ATLETA J. LUIS GONZÁLEZ!




El atletismo es pasión. Su motor real. Lo que hace que todo alcance la categoría de mito o reto. Yo era un jovenzuelo. España era otro país jovenzuelo entre potencias consagradas en el rey de los deportes. Por eso nos maravillaban los primeros pasos y las primeras piezas de la eclosión de los éxitos pioneros de nuestros deportistas.
José Luis González era para mí, el mejor atleta español. Porque, González, era además todo un osado personaje y lo sigue siendo. Racial, genio y figura, estrella absoluta, y bastantes veces ninguneado aquí en mi país y alabado fuera de España.
José Luis González, ambicioso, de pueblo, orgulloso, diferente, sorprendente, charlatán, erudito, amante de toda la vitalidad y diversidad deportiva, toledano de Villaluenga de la Sagra, con personalidad arrolladora; un tipo especial e increíble.
Contestatario y genial. En el selecto club millero de Gran Bretaña, fue capaz de ganarles a Sebastian Coe y a Steve Cram. La milla. Una distancia anglo que ahora parece que la contramoda ha engullido. Así como a aquel atletismo de la trampa del Este y del academicismo y talento occidentales y tradicionales. El fútbol era populismo y el atletismo una cosa de gente que sabía mucho y se regía por otros valores bien distintos y peculiares. Hoy en día quizás estas peculiaridades se hayan reducido.
Sí. José Luis González podía ganar en cualquier momento. España, en atletismo, solo vivía de los primeros marchadores y de poco más. Hasta que la milla y el 1.500, nos destapó posibilidades y tradiciones. Abascal atacaba a falta de 800 metros porque no tenía final. González esperaba astuto y confiado sus últimos 250 metros en donde era imparable.
Rural y mágico. Ha sido hasta concejal. Fue un volcán de talento, sabiduría y mala leche. Todo unido. El atletismo es un deporte televisivamente precioso. Lo puedes ver casi todo. Y González fue precioso. Solo le faltó el oro olímpico.  Hizo 3:30,92, solo superado por el precoz catalán Reyes Estévez y el pundonoroso oro de Barcelona que fue Fermín Cacho.
Pero González era un carismático volcán. Y fanfarrón. Se dio a conocer en todos los sitios adelantándose con creces a su tiempo, e hizo de quijote pegándose con el Poder general y del presidente/entrenador Odriozola.
González era mi Perico Delgado,o mi Urtáin, o mi Juan Gómez "Maravilla", o Perico Fernández, o la seguridad de Marín o Llopart. Era la ostia dándose hachazos y codazos con Coe, Ovett, Sidney Maree, Aouita, o decenas de ejemplos más que se podrían añadir.
Riñó con todo dios el cascarrabias. Formó al retirarse abruptamente,un triplete con Gregoria Parra y José Ángel de la Casa. Vaya enciclopedias apasionadas del mundo atlético. Verdaderos aventureros de una magia nueva.
Pasa el tiempo y no sé nada de José Luis González. Ya no está ni en el diario emblema "El País", ni en ningún otro. Se ha ido de ahí hace tiempo y no es justo. La generación actual no saben quién es. Y me sabe mal porque José Luis González abrió el atletismo de mi país y lo hizo bien grande. Comenzó a hablarse de fisios y de profesionalización. Normalizó y actualizó el atletismo, y lo elevó de un modo brillante y espectacular. González habla deprisa y dice muchas cosas. Imparable, como en esos últimos 250 metros de su emblemático 1500 de capa caída. Afirma que hoy el atletismo no atrae tanto a los chic@s porque estos prefieren otros deportes. El mundo es otro.
Busqué en la wikipedia y en internet, y hay demasiado poco del arisco y sensacional José Luis González. Y me extrañó mucho. Porque a otra gente mucho menor, se la ha loado hasta la extenuación. Quizás la personalidad de González,-me recuerda también a Luis Enrique-, choca con otro tiempo y otro modo de percibir la amabilidad y la competitividad. José Luis González es el orgullo de un tiempo suyo que no suelta y que no soltará jamás. González, ya sesentón, hace su vida al margen de los medios y de la popularidad. Nuestros niños y jóvenes se pierden a un tipo genial que no sale en la tele y que va como siempre a la suya. Al parecer sigue saliendo a correr con su cuadra de fieles amigos y es todo un padrazo. 
El otro día le vi en un vídeo con el simpar Chema Martínez intentando traerle a estos tiempos diferentes con su simpatía. Terreno perdido. José Luis González tiene más moflete en la cara pero idéntico orgullo y su distante talento de siempre. González es así y hay que respetarle siempre como es. Rocoso y difícil, pero siempre espabilado y talentoso.
-POR ESO ES MI GRAN ÍDOLO EN LA NOSTALGIA-

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