sábado, 8 de mayo de 2010

- ¿QUÉ FUE DE TAKIARA? -

Un misterio. Sí. La conocí a través de la caja tonta del ordenador y sin sospechar que vivía en mi misma ciudad. Entablamos conversación, y creo que ha sido con la única persona del internet que concerté una quedada. Lo recuerdo bien. Era un día de lluvia primaveral y hasta bucólica, en los jardines de Viveros de mi ciudad valenciana. Ella llegó con su pequeño e independiente coche. Recuerdo su sonrisa. Cordial y educada. Serena, vital, y a la vez comprensiva y clara. Experienciada la amiga Takiara. Sin duda. Alegre. También recuerdo que me pasé de protector. Traté de sostenerla y guiarla yo su paraguas para que no se mojase, pero Takiara no quería. Era reticente al principio. Luego, poco a poco, me dejó que la llevase el paraguas. Fue generosa. Cuando la cita concluyó, supimos ambos dos, cosas bien distintas. Yo, supe que me había gustado aquella mujer, y Takiara supo que yo no le había agradado. Pero nunca lo dijo. La mujer supo estar. Aunque esa misma tarde breve y fugaz ella ya había decidido que, nones. Yo, insistí. No me conformaba con aquel visto y no visto con Takiara. Quería verla más, y sonreír con ella durante más jornadas. Pero ella, amagaba y no daba. Y como me sabía atraído, no quería desilusionarme el sueño irreal. Al final, y al ver que ella no quería, me puse un poco pesado, y entonces ella me dijo que no pensara en ella porque me hacía daño. Y toda la razón que tenía. Takiara me ayudó. Decidió poner distancia y dejar de aparecer por el internet. Quería que el tiempo curase mis heridas absurdas, preñadas de impaciencia y de imposibilidad. Dolía el tema, pero sin duda era lo mejor que me podía pasar. Ya han pasado muchos meses; quizás un año o más. Cuando pienso en Takiara hoy, ya no me hace daño. Takiara pertenece al pasado de la verdad y de lo conveniente. Mujer inteligente. ¿Qué ha sido de Takiara?... Vaya usted a saber. Se habrá cambiado de apodo, se habrá emparejado de nuevo, ya no le atraerá tanto el internet y el chat, o sabe Dios qué habrá sido de ella. Pero, es lo de menos. Ojalá sea todo lo feliz que merece. Lo más importante es que su distancia sabia, fue el mejor camino para guiarme desde mi sacro respeto a su libertad de mujer libre e indomable. Porque Takiara tenía los cabellos rubios , rizados, la melena media y juvenil, y su recuerdo eterno. - GRACIAS, SUEÑO IMPOSIBLE -

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