Payaso sin fronteras. Libertad. Sonrisa de niño en la platea, y corazón de sabio. Humor. El maravilloso arlequín, que nunca tendrá la osadía de tomarse en serio nada. Fantástico y eterno bufón, oxígeno de heterodoxa libertad, hazme reír haciendo de un calcetín un triángulo, o cuadrándome el círculo las veces que haga falta cuadrarlo. Salte de la norma, gran payaso, y cuéntame tu magia. Ponte zapatos grandísimos, y píntate la nariz de rojo o del color que te dé la gana. Enséñame, por favor. Y enséñales a pensar a los tipos serios. Que, no. Que me gustan tus trajes estrafalarios y excesivos, que me hechiza tu risa salvajemente libre, que me haces volver a esa niñez en la que me decían que las cosas podían ser brillantes, imaginativas y tremendamente humanas. Sí,payaso. Te recuerdo en el circo cuando te salías de todos los guiones, o cuando en las tertulias políticas nunca te tomabas al pie de la letra nada de lo que oías, y salías siempre por peteneras. Claro que recuerdo tu magia de libertad. ¡Da la nota,bufón! Baila. Te necesito. Déjame no creer excesivamente en nada. Quítale el drama a todo. Hurga y cuestiona hasta la exasperación, hasta las cosas más aparentemente impepinables. Demuéstrame de nuevo que otro mundo es posible. Háblame de chistes opacos, de niñas barbudas, de barcos de avión, o de ciclistas en piragua. Sí, bufón. Que siempre siga tu circo titiritero de la bohemia. Que siempre existan los niños. Que siempre sonrían los niños. Que la risa es Dios. Sorpréndeme, bufón. Tú sabes hacerlo. Tú eres un prestidigitador en la libertad. Sabes que no hay fronteras, ni ideologías excesivas. Sabemos que somos humanos por encima de todas las cosas. Y sobre todo, que los aspirantes a payaso nunca me aburran. Que aprendan el máster necesario, el cual consiste fundamentalmente en reírse de uno mismo. Por eso el payaso hace reír. Porque no tiene miedo a nada. Porque sabe que la realidad es demasiado burra. Porque lo mejor que se debe hacer, es reírse. Sí. Revolucionariarlo todo a través de un arabesco o de una curva hueca. Hoy en día parece que los payasos no se llevan. Que,no gustan. Que, se rechazan. Pero no estoy de acuerdo. Los payasos me lo enseñaron. El payaso es eterno. Cuando un payaso no logra hacer reír, es que no lo es. Que no sabe serlo. Y que mientras nos acompañe la capacidad de sorpresa, existirán los payasos. Y porque mientras existan los tiernos y necesarios bufones, estará siempre la vida y el encanto. -DEDICADO A TODOS LOS HETERODOXOS-
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