sábado, 29 de agosto de 2009

-¡DÍGAME EL AMOR!-

Separado,desengañado con el tema de las mujeres,pero impenitentemente romántico a su pesar.Necesitaba el amor.El amor de una mujer,conocerla,sentirse varón con ella como si pudiera llegarse hasta su juventud y volverla a disfrutar y exprimir como un delicioso polo de limón. Es por eso,que una tarde de Septiembre,se plantó en la consulta de una tarotista de su ciudad. - Tengo mucho dinero.Pago bien.Soy un emperesario de éxito.No me afecta la crisis.De modo que mire usted las cartas sin prisa,señora.Quiero enamorarme,y deseo saber todo sobre esa mujer... La tarotista le miró suavemente,con zen;con esa calma natural y extraña que tienen las mujeres con experiencia y enormemente seguras de sí mismas.Eterno femenino. - Pero usted sabe,amigo,que el dinero no tiene nada que ver con el amor... - Lo sé.Lo sé.Pero quiero que usted vea qué mujer es la que se acercará a mí.¡Inténtelo con todas sus fuerzas!Sea una profesional.Por favor que se lo ruego. Ella barajó las cartas con una sonrisa enigmática y sin dejar de mirarle.Parecía ambicioso . Y desesperado.Quizás un niño grande. - Elija siete cartas. - ¡Estas siete! - Muy bien. La mujer miró las cartas elegidas.Eran muy buenas cartas.¡Eureka!Para los dos.Para ella, y para él... - Y,¿qué ve? - Son buenas cartas.Espere que me concentre... Era él.Ella estaba segura.El hombre con el que siempre había soñado ella,era el señor de los ojos azul cielo que le miraba expectante y ansioso. Élla,le miró.Con calma extrema.Y le dijo,que la mujer de sus sueños y de su amor estaba muy cerca.Muy cerca de él.Y que se estaba en el lugar más oportuno.Que había elegido geográficamente con acierto.Proximidad. - ¿Sabe? Ella está ahora muy cerca... - ¿Vive cerca de mi casa,dice? - Su amor real,¡está aquí! - ¿Dónde es aquí? Ella le dió la vuelta a las cartas.El varón la miraba atónito.Y más,cuando se dió cuenta de que se refería a ella misma. El hombre aguantó la mirada de la maga.Se miraron durante más de cinco minutos seguidos.Parecían hipnotizados,pero nerviosos y felices.Estaban seguros de haber acertado los dos.Coincidían.Estaban hechos el uno para la otra y viceversa.Besáronse su acierto con ímpetu. Al acabar la sesión,no hubo compensación económica sino muchas caricias.La magia había hecho un alarde inesperado. -¿ Y POR QUÉ NO ?-

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